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Hopper es el nombre de la nueva red de cables submarinos que Alphabet, empresa matriz de Google, va a construir entre Estados Unidos, Reino Unido y España. Será el primero que llega a nuestro país.
El proyecto llegará a su fin en 2022, y formará un triángulo entre dichos países. Cuando llegue la fecha, este cable submarino permitirá mejorar las conexiones de red. Se añadirá a otros ya existentescomo Curie, Dunant y Equiano, que, con la misma finalidad, conectan continentes para facilitar su conectividad.
Hopper, tiene como finalidad mejorar los servicios de Google, aumentará la capacidad de los servicios en “la nube”, y con respecto a los productos de Google, mejorarán servicios como: Meet (para la realización de videollamadas), y correo electrónico en Gmail.
“Hoy en día, el 98% del tráfico internacional de Internet circula a través de cables submarinos”, explicó Bikash Koley, vicepresidente de Google Global Network en un post de la compañía. Desde la novedad que supone que la tecnológica conecte por primera vez un cable submarino con España, ya hay bajo nuestros mares más de 200 leguas de cable bajo el mar.
Con esta tecnología se ofrece más cobertura para trabajar, comunicarnos, estar informados, entretenernos y aprender en Internet sin renunciar a que todo ello ocurra en tiempo real. “Una conectividad de confianza es más importante que nunca”, añade Koley.
Conectividad de la mano de Hopper
Esta red de cable submarino, tiene este nombre en un claro homenaje a Grace Hopper. La nueva ruta se llamará Grace Hopper, en honor a la célebre estadounidense pionera en matemáticas e informática, y se unirá a las otras tres conexiones submarinas ya citadas (todas ellas privadas).
“Los cables submarinos privados nos permiten planificar de forma efectiva las necesidades de capacidad futuras de nuestros clientes y usuarios de todo el mundo, así como agregar una capa de seguridad que va más allá de lo que está disponible en la red pública”, explicó Koley.
Con este impulso, Google refuerza todas sus áreas, y en concreto, la región de Google Cloud en Madrid, anunciada el pasado mes de junio, junto con la alianza llevada a efecto con Telefónica para participar en el proyecto. “Esto integra aún más en nuestra infraestructura global la próxima región de Google Cloud”, afirma Koley en el comunicado.
Haciendo un poco de historia, debemos indicar que el primer cable transoceánico, que se utilizó para comunicaciones vía telegrama se instaló en el año 1906. La mayoría de los cables funcionan dentro de los países y entre continentes pero hay algunos que cruzan océanos como el Atlántico. Un ejemplo de ello, es el cable SEA-ME-WE 3, que conecta Europa con Australia y Asia, siendo el más largo del mundo, con una extensión de 39.000 kilómetros y 39 puntos de conexión terrestre.
Consumo de tecnología y datos
Para Google es más sencillo crear esta nueva red entre estos tres países, debido a que: “El interés está en que sus consumos son elevadísimos, con lo que por coste, van a amortizar la inversión en un tiempo razonable y que con infraestructura propia se ahorran dolores de cabeza en caso de conflicto”, explica César Córcoles, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Más adelante, otro plazo que ya tiene Google en su hoja de ruta es asumir la construcción del cable de principio a fin, como un proyecto individual. De esta manera, la multinacional podrá adaptar las rutas a las necesidades de latencia de los clientes que se encuentran en los mercados de interés, crear nuevas conexiones (como ocurrió con Curie) y ofrecer mayor estabilidad en esos recorridos que tienen una vida útil de entre 15 y 25 años.
Para que lo puedas visualizar, estos cable son semejantes al diámetro de una manguera que en su interior esconde fibras, tan gruesas como un pelo. En el caso del proyecto de Google, pasarán 16 pares de fibras: “Esto supone una actualización de la infraestructura de internet que conecta actualmente Estados Unidos y Europa”, señala Koley.
A nivel de seguridad y conectividad, este nuevo cable de Google, incorpora tecnologías de conmutación de fibra óptica, que permiten “mejorar la fiabilidad de las comunicaciones”, al facilitar el movimiento del tráfico en caso de cortes. “Grace Hopper es el primer cable submarino del mundo en usar esta tecnología y esperamos implementarla en otros sistemas en el futuro”, añade el vicepresidente de Google Global Network.
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