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Tranquilidad relativa esta noche en Kiev. El alcalde de la capital ucraniana ha indicado que los bombardeos han seguido en las afueras de la ciudad pero el núcleo urbano no ha sufrido ataques aéreos en las últimas horas, según recoge la agencia Reuters.
Ucrania amanece escéptica, a la espera de ver si Rusia cumple su compromiso de rebajar su ofensiva contra Kiev y Cernígov. Mientras, las sirenas suenan de nuevo en Mikolaiv, al sur de Ucrania. Pero la vida, sigue. La gente no sale corriendo hacia los refugios. Los coches siguen circulando. Y la actividad de la población continúa sin muchos cambios.
Las bombas de la guerra en Ucrania marcan la cotidianidad de la violencia: cuando la amenaza se asume como cualquier otra cosa del día a día. Y así como hay una naturalización de la violencia, también hay una normalización de la misma.
La factura de la guerra en Ucrania
La guerra en Ucrania deja daños en infraestructuras que rondan los 60.000 millones de euros, según el Instituto de Economía de Kiev. Además unos 5.000 edificios han sido destruidos en todo el país.
Los ucranianos viven normal tras más de un mes de guerra en Ucrania para las condiciones que tienen. Hay luz, aunque a veces hay cortes. Hay otros problemas, pero la gente se acostumbra muy rápidamente a estas condiciones. Ya están acostumbrados. Así son ahora las cosas allí.
Y todo esto pasa en ciudades que están siendo masacradas. Por ejemplo, en Mikolaiv, este martes murieron al menos siete personas y otras 22 resultaron heridas tras un ataque realizado por las fuerzas rusas contra la ciudad.
En un comunicado difundido a través de Facebook, los servicios de Emergencias de Ucrania ha informado de que, de los 22 heridos, 18 han sido rescatados de entre los escombros y trasladadas a varios centros médicos.
Quienes se han quedado ya no estarán
La enviada especial a Odesa de RTVE, Raquel González, habla con una pareja que cuenta su huida del "infierno" que se vive en la ciudad costera del mar de Azoz por la destrucción sistemática de las tropas rusas.
Varios civiles y militares siguen atrapados bajo los escombros de la guerra en Ucrania, por lo que los trabajos de búsqueda y rescate continúan.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha dicho que su país no reducirá los "esfuerzos de defensa" y que aunque sean positivas las "señales" que escuchan desde la plataforma de negociación, "estas no ahogan los destrozos de los proyectiles rusos". "Tanto en el norte de nuestro Estado como en todas las demás regiones de Ucrania (...) La defensa de Ucrania es la tarea número uno ahora, y todo lo demás se deriva de ella".
Ahora entre las responsabilidades de los que conducen la guerra, en cualquier parte del mundo está el sufrimiento que se causa a los civiles a los que se obliga a escapar.
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