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Acción contra el Hambre ha lanzado 'Mujeres en la Lucha contra el Hambre’, una publicación que alerta y visibiliza las necesidades apremiantes de las mujeres en los territorios latinoamericanos en los que trabaja, donde el hambre -consecuencia de la desigualdad, la exclusión y la violencia-, pone a las mujeres en una situación de especial vulnerabilidad.
“La pobreza parece haberse estancado en niveles de la década pasada y la pobreza extrema supera los niveles registrados hace 20 años. Es fundamental abordar estas problemáticas desde una perspectiva de género y tomar medidas concretas para reducir las desigualdades y la violencia que afectan a las mujeres en la región”, explica Lettera tras el fin de la Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la primera en ocho años.
La Cumbre de la Unión Europea habla sobre los desafíos de las familias más vulnerables y la igualdad
Esta Cumbre, que ha coincidido con el primer mes de la Presidencia española del Consejo de la UE, se ha cerrado con una declaración en la que los socios muestran espíritu colaborador de cara a afrontar “las numerosas crisis y múltiples desafíos de nuestra época, como la inseguridad alimentaria, la pobreza, las desigualdades” y se comprometen a combatir “las formas múltiples e interrelacionadas de discriminación y violencia de género”, así como a promover los derechos fundamentales para el trabajo digno, la igualdad de género y la representación y participación plena de mujeres y niñas en los procesos de toma de decisiones.
Sin embargo, hay mucho más que los líderes europeos, latinoamericanos y caribeños pueden hacer para luchar por reducir la brecha de la seguridad alimentaria entre hombres y mujeres, y atajar las desigualdades y la violencia que provocan esta situación.
"Es hora de actuar con determinación y solidaridad. Exhortamos a los líderes presentes en la Cumbre a asumir su responsabilidad y trabajar para asegurar que las mujeres de América Latina tengan acceso a alimentos suficientes y nutritivos, así como a oportunidades para empoderarse y ejercer sus derechos en un entorno seguro y libre de violencia. Solo a través del compromiso mutuo podremos construir un futuro más justo y equitativo para todas las personas en la región", resalta la responsable de la organización.
"En ninguna otra región del mundo la brecha entre hombres y mujeres que padecen inseguridad alimentaria es tan amplia como en América Latina y el Caribe. A nivel global, la diferencia es de más de 4 puntos porcentuales, con un 31,9 % de mujeres y un 27,6 % de hombres. Sin embargo, en América Latina, esta brecha se amplía a 11,3 puntos porcentuales, la más pronunciada del mundo. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para abordar esta desigualdad y garantizar la seguridad alimentaria de las mujeres en la región", explica Benedetta Lettera, responsable geográfica para América Latina de Acción contra el Hambre.
A pesar de que las últimas cifras publicadas por Naciones Unidas sobre seguridad alimentaria registran una mejora en la inseguridad alimentaria en América Latina (pasando del 6,4 al 5,8 % de la población de la región), hay poco que celebrar si se analiza la situación de las mujeres, quienes se ven afectadas de forma desproporcionada por las crisis sanitarias y económicas, especialmente en los relacionado con acceso a alimentos, nutrición, salud y condiciones económicas.
Informe "Mujeres en la lucha contra el hambre"
La publicación "Mujeres en la Lucha contra el Hambre" examina datos e historias de mujeres y niñas de Honduras, Nicaragua, Guatemala, Colombia y Perú, abordando temas que ponen en evidencia la alarmante situación a la que se enfrentan las mujeres en la región, como la violencia de género, la migración, la salud sexual y reproductiva, la seguridad alimentaria o el acceso a medios de vida.
En esta publicación se cuenta la historia de mujeres que todos los días son parte de esta lucha. Como Marbely, presidenta de una cooperativa rural en Nicaragua, donde la mayoría de las mujeres (65 %) que trabajan la tierra no son propietarias, pero conforman el 44 % de las cooperativas agrícolas. O Ángela, profesora en una zona rural de Colombia afectada por distintos grupos armados que saca de su propio salario los fondos para que sus estudiantes tengan, al menos, una comida al día. O Ruth, cuya hija enfermó mientras cruzaban juntas la selva del Darién en un viaje para intentar alcanzar una vida mejor, por beber agua contaminada, la única a la que tuvieron acceso en ese peligroso trayecto. Si quieres conocer estas y otras historias, lee "Mujeres en la Lucha contra el Hambre".
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