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La hipertensión arterial es una patología crónica en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. En ocasiones, esta enfermedad causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre, por ello se la conoce como el 'asesino silencioso'.
Una de las características de la hipertensión es que no presenta unos síntomas claros y estos pueden tardar mucho tiempo en manifestarse. Sin embargo, constituye el factor de riesgo cardiovascular más prevalente.
Hipertensión: tensión arterial alta o elevada
Esta enfermedad, también conocida como tensión arterial alta o elevada, hace que cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para poder bombear. A nivel mundial, más de uno de cada cinco adultos tiene la tensión arterial elevada, mientras que en España, en torno al 40 % de la población es hipertensa, según los datos de los últimos estudios.
La tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg1 cuando el corazón late (tensión sistólica) y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica). Cuando la tensión sistólica es igual o superior a 140 mm Hg y/o la tensión diastólica es igual o superior a 90 mm Hg, la tensión arterial se considera alta o elevada.
Las arterias se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos o arterias al ser bombeada por el corazón. Lo normal es que cada vez que el corazón lata, bombee sangre a los vasos, que llevan la sangre a todas las partes del cuerpo, pero esta enfermedad hace que con esta actividad sufran las arterias que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas.
Asimismo, este daño en las paredes de los vasos sanguíneos favorece que se depositen colesterol y triglicéridos en ellas, por eso lo que hace que la hipertensión sea un de riesgo muy importante para el desarrollo de arterioesclerosis.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en España
En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en España. La hipertensión es una patología tratable, pero su falta de control puede desencadenar un infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o ictus.
Por lo tanto, todos los adultos deberían medirse su tensión arterial periódicamente, ya que es importante conocer los valores. Si esta es elevada, han de consultar a un profesional sanitario.
Cuanto más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. La hipertensión es la causa prevenible más importante de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares del mundo.
Adoptar una vida saludable para controlar la tensión arterial
A muchos hipertensos les basta con modificar su estilo de vida para controlar la tensión arterial, como abandonar el consumo de tabaco, practicar una dieta saludable, hacer ejercicio con asiduidad y evitar el uso nocivo del alcohol.
Asimismo, la reducción de la ingesta de sal también puede ayudar. A otras personas, estos cambios les resultan insuficientes y necesitan tomar medicamentos con prescripción médica. Las personas con hipertensión que también tienen un alto nivel de azúcar en sangre, hipercolesterolemia o insuficiencia renal corren un riesgo incluso mayor de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular.
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