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Dos de cada tres alumnos y alumnas con TEA afirman ser "felices" en la escuela, aunque "su inclusión educativa está lejos de ser una realidad".
Así lo revela una investigación realizada por Autismo España en 18 comunidades y ciudades autónomas, que recoge la opinión de 1.100 alumnos con autismo, sus familias y profesores.
Según sus resultados, el 43 % de los estudiantes con TEA pasa los recreos en soledad, y sólo el 14 % queda con sus compañeros fuera de la escuela.
La soledad de los alumnos con TEA es una triste realidad
Sin embargo, los chavales con TEA tienen una percepción "positiva" sobre su participación en las actividades del contexto educativo (fiestas, excursiones o trabajos en grupo) de manera general.
Entre el 67 y el 79 % de estudiantes se sienten valorados en el aula y opinan que sus compañeros les ayudan en clase, que tienen amigos y que éstos disfrutan con su compañía. En cambio, familias y docentes no comparten esta visión tan optimista.
Según Autismo España, "esta discrepancia no es extraña" si se considera la mayor vulnerabilidad que presentan las personas con trastorno del espectro del autismo en determinados contextos sociales debido a sus dificultades para la comprensión y la interacción social.
Estos obstáculos se suman a la falta de concienciación o conocimiento sobre el autismo por parte de la sociedad en general y del resto del alumnado en particular, agregó. Por ello, profesores y familias valoran la participación e inclusión social de los estudiantes con autismo "de forma más ajustada a la realidad".
La investigación destaca que el 89 % del alumnado con TEA piensa que ir al colegio o al instituto les sirve para "relacionarse con personas de su edad" y el 74 % que es útil para "aprender sobre lo que les gusta".
Sin embargo, "siguen existiendo barreras en la accesibilidad de los espacios, los contenidos académicos y los métodos de enseñanza y de evaluación", que provocan desigualdades con respecto al resto del alumnado.
Los ruidos en el centro o en el comedor o los numerosos cambios de planes en el colegio son algunas de las cuestiones peor valoradas por los estudiantes, lo que pone de manifiesto las carencias que existen aún en el sistema educativo para dar respuesta a sus necesidades.
Por parte del profesorado, el 47 % piensa que el sistema “no está demasiado preparado” para atender al alumnado con TEA, debido a:
- La escasez de centros que proporcionen diferentes modalidades educativas.
- La falta de adaptación de los espacios dentro y fuera del aula
- Una normativa “poco operativa”, que se suma a la poca coordinación entre consejerías y delegaciones provinciales de educación.
Además, aseguran que el tiempo del que disponen para apoyar al alumnado con TEA es insuficiente, las ratios profesor-alumno son altas y tres cuartas partes de la formación específica sobre autismo se la han tenido que autofinanciar.
Las familias, por su parte, echan en falta una educación del personal más continuada y la aplicación de estrategias educativas basada en evidencias.
Según el alumnado con TEA, un 12 % ha sufrido en alguna ocasión una situación de acoso escolar, pero muchos no saben identificar si sus compañeros les insultan o hablan mal de ellos:
- El 26 % de las alumnas no sabe si el resto del alumnado se mofa de sus pechos o genitales (aspecto físico)
- Un 22 % de ellas ignora (o contesta que no sabe) identificar si les obligan a hacer cosas que no quieren.
El profesorado identifica que estas situaciones de acoso, que sobre todo se traducen en aislamiento y exclusión social, se incrementan hacia el final de la Educación Primaria y Secundaria.
El 74 % de los centros educativos tiene protocolos de actuación frente al acoso escolar, pero sólo el 40 % de las familias valora como útiles estas medidas.
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