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La segunda ola del coronavirus en India está causando una crisis devastadora en todos los sentidos. El país ha superado los 17 millones de infecciones de coronavirus desde el inicio de la pandemia, producto de una segunda ola de casos que suma por quinto día consecutivo cifras récords de contagios y muertes, en una situación crítica por la carencia de oxígeno hospitalario.
Solo en las últimas 24 horas la nación asiática sumó 352.991 nuevos contagios, y 2.812 muertes, los números más altos registrados hasta ahora de acuerdo con el parte del Ministerio de Salud indio.
“Estamos profundamente preocupados por el creciente número de casos y muertes en la India en este momento”, afirmó el pasado viernes Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y tienen motivos para estarlo.
Los números que reporta el país se traducen en hospitales totalmente llenos, colapsados, con los suministros de oxígeno agotándose, personas que fallecen mientras esperan para ser atendidos por médicos, e incluso se piensa que se han ocultado víctimas y que el número real de muertos es todavía mayor.
Muertos en plena calle buscando aliento
La preocupante falta de oxígeno llega hasta tal punto que en los templos Sikh de Nueva Delhi tratan de ayudar compartiendo botellas con los enfermos que llegan al borde de la asfixia hasta sus puertas. A veces lo consiguen, otras veces no.
Algunos al borde de la muerte tienen que ser reanimados dentro de sus propios vehículos mientras los voluntarios mueven las pesadas bombonas de un coche a otro, priorizando a aquellos con más dificultades para respirar.
Las imágenes que reflejan esta devastadora situación son hogueras y crematorios en donde se incineran los cuerpos de fallecidos, que los analistas creen que realmente seguirán sucediéndose y que por allí pasan más personas de las que se dice. Incluso cuenta el medio que las familias podrían estar desligando muertes del COVID-19, creando mayor confusión. “Enfermedad, dolencia. Eso es lo que escribimos”, dice Suresh Bhai, un trabajador de un campo de cremación.
La situación por el coronavirus está completamente desbordada en la India
La situación en los centros sanitarios también es un caos. La culpa de ese colapso podría tenerla la variante local del coronavirus, aunque esto no se puede afirmar todavía ya que ha sido muy poco estudiada. Muchos expertos, viendo la curva de contagios diarios, no tienen reparos en apuntar hacia una variante que creen que contagia con más velocidad.
Poco se sabe más allá de que se detectó por primera vez en octubre y que está detrás del 60 % de los contagios de una minúscula muestra que se hizo en uno de los estados de India. No se sabe realmente si es más contagiosa y más peligrosa, o es la falta de mascarilla y de de medidas de prevención lo que está provocando esta segunda ola.
Hace unos meses en la India se respiraba tranquilidad, aparentemente
La situación actual del país contrasta con el pasado mes de febrero, cuando muchos creían ya que lo peor de la pandemia había pasado al registrarse menos de 10.000 casos diarios, lo que llevó a una relajación casi total de las medidas de seguridad sanitaria.
Estas últimas semanas incluso se permitieron encuentros muy multitudinarios como la celebración del mayor festival religioso del mundo, el Kumba Mela, que atrajo a más 120 millones de personas.
Solo los casos del país asiático representan más de un tercio del total global de infecciones confirmadas cada día por la Organización Mundial de la Salud.
Ahora el mensaje es diferente, es de terror y de auxilio. Muchos ciudadanos piden por redes sociales camas porque no queda espacio en los hospitales.
Según cuenta el medio estadounidense, en un hospital de Nueva Delhi, los médicos declararon recientemente 20 pacientes fallecidos en una unidad de cuidados intensivos porque bajó la presión del oxígeno a causa de la escasez en la ciudad.
También se señalan dos factores a tener en cuenta. Por un lado, el ritmo de vacunación. Se ha vacunado, con al menos una dosis, menos del 10 % de la población, siendo encima el país el principal fabricante de vacunas del mundo, de manera que las exportaciones ya se han cerrado y muchas naciones verán reducido su cargamento.
Y en segundo lugar, preocupa que este aumento descontrolado provenga de una variante, la B.1.617, que contendría mutaciones genéticas difíciles de controlar, una que causó estragos en California y otra similar a la sudafricana. Por tanto, aunque no se tienen datos certeros sobre su incidencia, hay una gran preocupación por que la propagación sea cada vez más rápida y menos controlable.
Preocupación en Europa
Precisamente por esa expansión preocupa la presencia de esta variante en Europa. Se han detectado ya 20 casos en Bélgica, y más de cien en Reino Unido, por lo que se están poniendo en marcha medidas para frenar la llegada de más contagiados.
La situación en la India es un recordatorio devastador de lo que puede hacer este virus y de por qué debemos utilizar todas las herramientas para combatirlo con un enfoque global e integrado: medidas de salud pública, vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos.
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