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Isabel Fernández es parakarateca y exmilitar. En su palmarés tiene Campeonatos de España y Campeonatos de Europa y es Campeona del Mundo, pero a esta deportista manchega nada le haría más feliz que un oro olímpico. No podrá ser en Tokio ni en París, pero Isabel Fernández sueña con que ese momento llegue en Los Ángeles 2028. Qué lejos queda la cita paralímpica en una ciudad que hace algo más de una década conquistó el corazón de Pau Gasol.
Isabel Fernández (Toledo, 1987) ha practicado karate desde pequeña. Ella dedicó su carrera profesional al Ejército y admite que echa de menos “ir de maniobra, ir al gimnasio, porque no hago ahora el mismo tipo de ejercicios, estoy en el tatami”. Ha declarado que también echa de menos correr e ir a tiro.
Ahora, Isabel vislumbra “con ilusión esa nueva etapa”. Le encanta el destino en el que está aunque es una Comisión, un puesto temporal de seis meses más otros seis adicionales. “Estoy en la Escuela Central de Educación Física y creo que para cualquier deportista es un sueño estar ahí”, ha manifestado Fernández.
Ha sido siempre una persona muy deportista y fue su entrenador “la persona que le motivó para probar el parakarate”. Toda la historia empezó con un no sé qué intrigó a ambos. “Estaba haciendo un montón de deportes y mi entrenador me dijo que por qué no hacía karate”. Ella le preguntó que si se podía, algo a lo que Álvaro Jiménez (su entrenador) le dijo que probaran que seguro que habría la posibilidad de practicarlo.
Diferencias entre karate y parakarate
Las diferencias entre ambas disciplinas (karate y parakarate) se encuentran en “el manejo de silla” tal y como ha explicado la deportista que aspira a revalidar el cetro europeo en Bakú el próximo mes de marzo. Tener el control de silla, los desplazamientos y saber controlarla son las únicas diferencias que tienen ambas disciplinas.
Adaptación
“El primer mes fue lo que más me costó. La silla se me movía mucho hacia los lados con los movimientos circulares, la silla se me giraba. Aprender a controlar la cadera y esos movimientos fue lo más difícil”.
Pese a ello, Isabel Fernández se mantuvo fuerte. “Siempre hay ganas de superarse”. Hay días duros de entrenamiento en los que cuesta un poco más ir pero una vez ha terminado te vas más satisfecho que los días que todo ha sido todo más fácil.
El deporte colectivo le ayudó a valorar el esfuerzo de todos
Hasta llegar al parakarate, nuestra protagonista ha ido probando diferentes deportes: baloncesto, ciclismo, atletismo… “El baloncesto me encantó porque nunca había practicado un deporte de equipo, todos los deportes que había practicado eran deportes individuales. Señala que sobre todo “le aportó mucho la gente que conoció” a nivel personal.
El deporte colectivo le ayudó a valorar el esfuerzo de todos. “Yo si falto a entrenar ahora mismo en karate no pasa nada, solo me perjudico a mí. En un deporte de equipo si falta una persona o faltan cuatro, a lo mejor no se puede hacer el entrenamiento que estaba planificado para ese día”.
Por otro lado, Isabel ha valorado el ciclismo como un deporte “duro” cuando estás dos horas solo en la carretera y “ves que no pasan los minutos”. Ha narrado que “ella iba más tiempo mirando el retrovisor que mirando hacia delante y en cuanto venía un coche, me metía lo máximo posible al arcén”.
“El karate es mi vida”
¿Qué hubiera sido de Isabel sin el karate, o en este caso, el parakarate? Isabel es clara y concisa cuando se le realiza esta pregunta. “El karate es mi vida”. Nuestra protagonista lleva practicando el karate desde los cuatro años. “Yo he aprendido a correr en un tatami”.
Isabel competía en Comité y dejó de competir por una lesión de rodilla, una luxación. Ella cuenta que cuando dejó de combatir “se iba llorando del pabellón porque ella quería estar ahí abajo”.
En 2018, Isabel Fernández volvió a ponerse el kimono en Ávila. Puede ser un capricho del destino que la ciudad en la que fue a hacer sus primeros katas como para karateca fuera la última que le vio competir. “La adaptación de las katas las hacemos nosotros. Lo afronté con mucha ilusión y muchas ganas porque en Ávila, en el polideportivo que empecé a hacer para karate fue el lugar donde afronté mi último campeonato de España de Comité de pie, sin la discapacidad. Fue como retomar mi deporte donde lo había dejado”. Isabel Fernández se emocionó mientras hacía ese primer kata en 2018 por “volver a estar en un tatami compitiendo”.
Isabel suspira, no sólo de pensar dónde estará dentro de ocho años, sino “soñando” con la posibilidad de que el parakarate sea olímpico en la cita de Los Ángeles 2028. “Es lo más ansiado por cualquier deportista. Para mí sería lo más”. Unas Olimpiadas, unas Paraolimpiadas es el momento más importante de un deportista. “Sería un sueño más”.
Como todo buen deportista, Isabel, aparte de llenar de medallas las maletas, guarda algunos amuletos. “Tengo un llavero que me regaló mi comandante y suelo llevar a las competiciones la bandera de Toledo, la de Castilla La Mancha y la bandera española”.
Isabel se toma el Segundo Campeonato Internacional de Karate y Parakarate que se celebra en Illescas (Toledo) “como un entrenamiento para el Europeo”. Este sábado presentará las katas que llevará a la competición continental que se celebra en Bakú del 25 al 29 de marzo. Lo hará “en el mismo orden de salida” para imaginarse que es como si estuviera en la competición, a mes y medio de ponerlas en práctica en Azerbaiyán.
“Ojalá tengamos más ayudas”
La parakarateca toledana Isabel Fernández se posiciona a favor de la medida que ha propuesto el CERMI al Ministerio de Sanidad porque considera que “los gastos que tiene un deportista que practica deporte adaptado son mayores que cualquier otro deportista teniendo en cuenta que el material que usamos es carísimo”. Considera que sería “un impulso para muchos deportistas”, incluso gente que quiere practicar deporte como hábito.
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