'Camminautismo', un proyecto que lleva a jóvenes con autismo a conquistar el Camino de Santiago

La asociación italiana Mulino Sanbuy ha puesto en marcha un más que interesante proyecto llamado 'Camminautismo' en el que once jóvenes con autismo peregrinan a Santiago de Compostela, a través del conocido Camino de Santiago. Para poder lograrlo, les acompañan monitores, científicos y 25 guardias civiles, así como dos agentes italianos de los Carabinieri para garantizar su seguridad. El objetivo tiene partida doble: religioso y científico.

Muchos de estos jóvenes tienen la ilusión de llegar a la increíble Catedral de Santiago y besar al apóstol que le da nombre al lugar. Pero más allá de la tradición, la asociación también busca avanzar en las investigaciones sobre cómo puede impactar experiencias como las del Camino de Santiago en la independencia, la autonomía y la ansiedad de las personas con autismo. Por este motivo, desde el pasado mes de marzo, tanto monitores como neuropsiquiatras y psicoterapeutas han acompañado y entrenado a estos jóvenes.

En busca de diversos caminos para los jóvenes con autismo

Para los jóvenes con autismo, la experiencia del Camino de Santiago supone un gran desafío, ya que deben enfrentarse a dificultades como relacionarse con el entorno, comunicarse en otro idioma y pernoctar lejos de sus familias por primera vez, además de lidiar con las demandas físicas del propio trayecto. Sin embargo, el proyecto les brinda la oportunidad de demostrarse a sí mismos que son capaces de estar con los demás y les ayuda a ganar confianza en sus habilidades.

Sin embargo, llegar a ponerse en marcha no ha sido a lo loco, ni mucho menos. Estos jóvenes con autismo han pasado varios meses previos en preparación tanto con psicólogos, psicoterapeutas, neuropsiquiatras y un equipo de monitores que han ido trabajando con ellos, tanto mental como físicamente, para que puedan conseguir hacer frente a esta gran aventura. La asociación Mulino Sanbuy, asentada en Turín, ha sido la principal impulsora de este potente proyecto.

Su director, Grazziano Lomagistro, explica en una entrevista recogida por Servimedia, que este reto permite que ellos mismos (los jóvenes con autismo) vean "que son capaces de estar con los demás" y que las familias tengan más "confianza" y se den cuenta de que "son capaces de hacer más cosas de lo que normalmente pensaban". En este sentido, añade que "si pueden hacer el Camino con el grupo, también lo podrán hacer con su familia" y que, al ser personas que además "aprenden una cosa más que pueden hacer".

Un Camino que no harán solos

La seguridad de los jóvenes durante el peregrinaje está a cargo de 25 guardias civiles voluntarios y dos Carabinieri italianos. Para estos agentes, la experiencia les ha enseñado lecciones de vida y les ha permitido ver que los jóvenes con TEA tienen las mismas ilusiones y determinación que cualquier otra persona.

La investigación es una parte fundamental de este proyecto, y la monitorización realizada el año pasado demostró que el Camino ayudó a reducir la depresión y la ansiedad en las personas con autismo. Además, este año se ha incorporado una dinámica en la que los jóvenes que participaron anteriormente ayudan a los nuevos, lo que fomenta la convivencia y la relación entre ellos.