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Los jóvenes españoles se presentan como una generación abocada al desempleo, la inestabilidad y precariedad laboral o el "exilio forzado".
A fecha 1 de enero de 2021 había en España 5.328.909 jóvenes de 25 a 34 años, según los datos del Padrón. El 48,3 % de ellos (prácticamente la mitad) era titulado en educación superior. Y otro 24,3 % estaba en ello tras haber finalizado la segunda etapa de educación secundaria.
Una generación que, a la vista de estos datos, se encuentra entre las mejores preparadas de la historia española. Pero, desafortunadamente, ello no se traduce en unas mejores condiciones para acceder al mercado laboral, prosperar en el trabajo, adquirir vivienda, formar un hogar o tener hijos.
La pandemia ha nublado aún más el panorama de una generación que ya lo tenía difícil de inicio tras la anterior crisis financiera
Ni siquiera su mayor capacitación en nuevas tecnologías les ayuda. Tienen más habilidades informáticas que el resto de la población, acceden a Internet y realizan compras online en mayor medida e incluso son más cuidadosos a la hora de dar datos o identificarse. Pero, pese a todo, los jóvenes españoles siguen sin encontrar su sitio en la sociedad actual, especialmente en el mercado laboral.
Los jóvenes españoles siguen sin ver claro su futuro laboral en un año especialmente difícil marcado por las consecuencias sanitarias y socioeconómicas que ha dejado la pandemia de covid. Por ello, el 52 % baraja la opción de emigrar fuera de España para poder mejorar su calidad de vida o para encontrar un empleo mejor remunerado.
Esta es una de las principales conclusiones que apunta el estudio 'Jóvenes españoles 2021. Ser joven en tiempos de pandemia' de la Fundación SM, que analiza la realidad de los jóvenes en un contexto marcado por las consecuencias del Covid.
Este estudio destaca que las opiniones más pesimistas se encuentran en el grupo de jóvenes que tienen más de 20 años, así como entre los que tienen un mayor nivel de estudios, sobre todo entre los universitarios de clase media. Y aunque la mitad de los jóvenes españoles desarrollan algún tipo de actividad laboral, el 71 % que trabaja lo hace en empleos de baja cualificación.
Concretamente, el 80 % de los jóvenes con estudios superiores están ocupados en empleos de baja cualificación, por lo que la formación superior no es garantía de lograr un buen empleo.
Y aunque con preocupación, miran hacia el futuro con cierto optimismo: el 46 % considera que tendrá una mejor vida que la de sus padres, pero el 49 % cree que tendrán muchas dificultades para trabajar en lo que les guste, para conseguir una vivienda el 48 %, y para formar una familia el 41 %.
Empleo y paro, principal traba
Los jóvenes de 25 a 34 años buscan trabajo de forma intensiva pero les cuesta mucho encontrarlo. Y los que lo consiguen deben hacerlo en mayor medida que la media en los llamados horarios especiales. Es decir, en sábados, domingos y jornadas nocturnas.
Un elevado porcentaje de sus contratos son precarios. Y cuando éstos acaban, dejan de trabajar en mayor medida que la media. En esta franja de edad de 25 a 34 años el 61 % de los parados dejó el empleo por finalizar su contrato, frente al 53 % de media nacional.
Las tasas de paro de este colectivo son elevadas, sobre todo entre los de 25 a 29 años, con un 24 %, ocho puntos más que la media, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2021.
Salarios y pobreza
Muy relacionado con los puestos de trabajo que desempeñan, los salarios de los jóvenes son, lógicamente, inferiores. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), ganan entre un 20 % y un 27 % menos que la media.
Hay que tener en cuenta que un componente salarial importante es la antigüedad. Y que los jóvenes difícilmente la reciben en sus nóminas. Pero, por sí solo, este elemento no explica esa brecha de remuneraciones.
Esperemos que los jóvenes españoles tengan pronto un futuro más esperanzador. De su futuro depende el futuro de todos los españoles.
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