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El contrato laboral es el registro que garantiza las condiciones dentro de las cuales se va a trabajar, y establece un acuerdo mutuo de las mismas entre el empleado y la empresa, que lo incluye en su plantilla. Muchas veces se desestima la importancia de que el contrato se lleve a cabo, y más aún, de su redacción. Sin embargo, un contrato de trabajo para llenar puede ser más que útil si no se tiene demasiado claro cómo proceder con la redacción de un contrato, ya que existe la posibilidad de recurrir a plantillas especialmente diseñadas para que sea más sencillo este paso.
En estos modelos de contrato podemos encontrar todos los datos esenciales, tanto de la empresa como del empleado: nombres, documentos de identidad, designación del puesto a llenar, remuneración acordada, y por supuesto, los horarios de trabajo. Hacer uso de estas plantillas puede simplificar la tarea, dado que este documento es clave para que las cosas estén claras desde el principio.
Cuál es el objetivo del contrato laboral
En primer lugar, se debe definir de forma específica cuál es el puesto o el servicio por el que el empleador contrata a un trabajador. Esto será esencial para que, desde una primera instancia, sea clara la función del empleado dentro de la empresa.
En segundo lugar, el contrato es el documento oficial y por escrito que registra que efectivamente se ha llegado a un acuerdo entre las dos partes interesadas, y que este acuerdo se lleva a cabo dentro de los márgenes de la ley. De este modo, se evita caer en inconvenientes futuros y se especifica que la relación de trabajo no está influenciada por coacciones o engaños. Al estar los términos claros, el contrato es el elemento por el cual, tanto el empleador como el empleado, se encuentran amparados. En el hipotético caso de un conflicto, ambos pueden recurrir a este documento para exigir su cumplimiento o demostrar que la relación de trabajo no se está llevando a cabo de la manera acordada.
Tipos de contratos laborales
Es muy importante saber que, en el mundo laboral, existen diferentes tipos de contratos, dependiendo de las condiciones en las que trabajen los empleados y el tipo de acuerdo establecido. Existe, por un lado, el contrato de trabajo temporal, en el cual se acuerda que el trabajador solo cumplirá sus funciones durante un cierto período de tiempo. Este tipo de contratos se realiza normalmente para especificar determinadas funciones muy puntuales, por ejemplo, cuando el trabajador contratado tiene que reemplazar a otro trabajador en su función; cuando se tiene que desempeñar una tarea que demanda solo algunos meses o se contrata por un servicio temporal. Las jornadas pueden ser a medio tiempo o tiempo completo, y las demás condiciones serán planteadas de acuerdo a la legislación de cada lugar.
Por otra parte, también existe el llamado contrato por formación, que se destina mayormente a jóvenes profesionales que acaban de finalizar sus estudios y se están insertando en el mercado laboral. En estos casos, las empresas se comprometen a incluir a estos profesionales dentro de su plantilla para brindarles formación dentro de su área de desempeño, con la posibilidad de que, eventualmente, se queden en la empresa. Esto último se determinará por los empleadores y quedará por escrito en el contrato, al mismo tiempo que la remuneración y los horarios de trabajo. De forma similar, el contrato laboral de prácticas establece un acuerdo entre la empresa empleadora y el profesional, que normalmente posee un título técnico, para proporcionarle herramientas en el ejercicio de una función en especial.
Y del mismo modo, también podemos encontrar el contrato laboral por tiempo indefinido, en el que se celebra la incorporación del empleado sin un límite específico de tiempo. Esto significa para el empleado mejores condiciones laborales y mayor estabilidad, mientras que para la empresa supone contar con los servicios del trabajador a largo plazo. Para la terminación de este tipo de contratos (que puede ser efectuada tanto por parte del empleador como del empleado) es necesario un aviso de al menos quince días.
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