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Madrid, 25 feb (EFE).- Los jóvenes y las mujeres con menor nivel educativo han sido los más agraviados por la crisis, según las conclusiones de un estudio publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) que elabora un indicador de bienestar ligado al empleo.
El trabajo, elaborado José Ignacio García Pérez y Antonio Villar, (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla), muestra que el bienestar de todas las personas menores de 25 años ha empeorado durante la crisis, salvo en el caso de los que tenían estudios superiores.
También las mujeres de todas las edades que no habían superado la Educación Primaria han experimentado un retroceso en su bienestar, según este trabajo que compara la situación de la ocupación en España en 2013 y 2017 para 40 tipos de trabajadores: según género (2 categorías), nivel de estudios (4 niveles) y edad (5 grupos).
El indicador de bienestar tiene en cuenta tanto la incidencia media del empleo como su intensidad y la desigualdad de su distribución dentro de cada grupo, medidas por la tasa media de ocupación, el número medio de meses trabajados durante el año y una función del índice de Gini de la distribución de la intensidad del empleo dentro de cada grupo de población.
Los resultados del estudio muestran que el indicador de bienestar es mayor para los hombres que para las mujeres, una brecha que se ha agravado desde la crisis -ya que el diferencial medio en 2013 era del 0,3 % y en 2017 aumentó al 4,1 %- y que aumenta aún más en función de la edad y del nivel educativo.
En general, entre 2013 y 2017 se observa una mejora del indicador que es sensiblemente mayor para los hombres que para las mujeres.
Así, Fedea destaca que durante este período el empleo ha crecido más que los meses trabajados y la desigualdad se ha reducido, en todos los casos más para los hombres que para las mujeres.
En conjunto, se observa una mejora del bienestar social asociado a la ocupación de en torno al 7 % para los hombres y de algo menos del 3 % para las mujeres.
Desde el punto de vista regional se observa además que, con dos excepciones (La Rioja y Cantabria), las regiones que se sitúan en términos de empleo por debajo de la media nacional están todavía más abajo en términos del indicador de bienestar.
Así, Andalucía, Castilla-La Mancha, Valencia y Murcia son las regiones con las mayores diferencias negativas entre empleo y bienestar, mientras que Cataluña, Madrid, Navarra y el País Vasco son las que presentan las mayores diferencias positivas, dice Fedea.
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