La FAO urge a vacunar al ganado en Sudán del Sur para combatir el hambre

Roma, 23 ene (EFE).- La campaña de vacunación del ganado en Sudán del Sur es vital para combatir el hambre que sufre la mitad de la población en este país en guerra, subrayó hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un comunicado.

La agencia solicitó 7,5 millones de dólares (unos 6 millones de euros) para vacunar con urgencia a casi 9 millones de animales, que representan una tercera parte del sector ganadero en el país, para evitar los brotes cada vez más frecuentes de enfermedades animales.

La falta de apoyo ha hecho que la FAO solo cuente con una cuarta parte de los fondos que necesita, apenas 2,5 millones de dólares (2 millones de euros) para tratar de mantener con vida a los animales y ayudar así a la población, que en su mayoría depende del ganado para subsistir.

"Si esperamos dos meses más, las lluvias comenzarán a ganar la partida; la mitad del país quedará completamente aislada, o con un acceso extremadamente difícil, y un elevado número de animales corre el riesgo de quedar atrapado", advirtió Serge Tissot, representante de la FAO en Sudán del Sur.

Por el momento la organización y sus socios han vacunado a 300.000 animales en el noroeste del país contra enfermedades como el ántrax, pero temen no poder ayudar a otros productores de áreas remotas.

Aparte de ser una fuente de nutrientes, el ganado representa una red de seguridad para los sursudaneses, puesto que pueden recurrir a su venta en caso de emergencia para cubrir otras necesidades.

En febrero de 2017 fue declarada una hambruna en dos zonas de Sudán del Sur que luego fue contenida, si bien persiste el riesgo de que se produzca en lugares aislados donde el conflicto se ha recrudecido.

Los últimos análisis de la ONU en colaboración con el Gobierno estiman que unas 45.000 personas viven una situación "catastrófica", lo que significa que afrontan condiciones de hambruna y necesitan acceso urgente a la ayuda humanitaria.

En todo el país, casi 6 millones de personas -la mitad de la población- sufren altos niveles de inseguridad alimentaria, la peor cifra registrada hasta la fecha.

La expansión del conflicto, que ha supuesto el desplazamiento de más de 3,8 millones de sursudaneses desde que estallara la violencia en 2013, está obstaculizando la producción de alimentos básicos, cada vez más caros en el mercado local.