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Los informes de inteligencia militar de los que dispone la Alianza Atlántica apuntan a un aumento de la desinformación sobre Cataluña.
La OTAN dispone de informes de inteligencia que demuestran cómo las redes de injerencia rusa en Internet han centrado su actividad en Cataluña aprovechando el pulso soberanista. El Centro de Excelencia de Comunicaciones Estratégicas de la Alianza Atlántica ha detectado un viraje hacia asuntos relacionados con la independencia catalana por parte de las miles de cuentas automatizadas en redes sociales que, normalmente, han centrado su actividad en desinformación sobre conflictos en los que el Kremlin tiene participación directa, como Ucrania o Siria. Y alerta de que países como España no están protegidos ante esa amenaza.
Según Janis Sarts , director de ese centro de excelencia, la intencionalidad última de esas redes rusas no es alentar la independencia de Cataluña sino ahondar divisiones para debilitar a la Unión Europea y a la propia OTAN, organizaciones ambas de las que España forma parte. “La razón básica de esta actividad, en realidad, es crear confusión y agravar los problemas existentes, no lograr un resultado que favorezca a unos o a otros”, asegura en una entrevista. “Creo que consiste cada vez más en crear el caos. En eso son mucho mejores que en conseguir un determinado resultado, en crear caos y situaciones problemáticas que los países suelen sufrir”.
El Centro de Excelencia de Comunicaciones Estratégicas es una organización militar internacional cuya función es informar y capacitar a funcionarios y especialistas de la OTAN y sus países socios. Sobre todo, ofrece a la Alianza y a los Gobiernos que lo financian informes detallados sobre la desinformación procedente de Rusia y otros países cuyos intereses puedan entrar en conflicto con los de EE UU y sus aliados europeos. Los hallazgos previos de ese centro han servido para poner a la OTAN en guardia ante la amenaza cibernética procedente de Rusia y su maquinaria de propaganda. Entre los países que lo financian están Letonia, Estonia, Lituania, Alemania, Italia, Polonia, Holanda, Reino Unido, Finlandia, Suecia y Francia. Si el centro dispusiera de apoyo de España, dicen sus dirigentes, podría dedicar recursos a analizar e interceptar mensajes en español, catalán o cualquiera de las otras lenguas oficiales.
Por ejemplo, según un informe del Centro de Excelencia datado el 31 de agosto, entre el 1 de marzo y esa fecha hubo 32.000 mensajes de 11.600 usuarios con menciones a la OTAN y a alguna de las repúblicas bálticas o Polonia. Las cuentas en ruso fueron las más activas en la publicación de esos mensajes sobre la OTAN y, según los analistas de ese centro, un 70% de ellas estaban automatizadas. Un 84% de los mensajes en ruso procedían de cuentas falsas o activadas de forma remota, lo que convencionalmente se conoce como bots. Desde septiembre, esas mismas redes han compartido mensajes sobre Cataluña, algo que reflejarán los próximos informes del Centro de Excelencia.
Para Sarts, el difundir y viralizar contenido en ruso sobre crisis extranjeras forma parte también de la estrategia de las redes afines al Kremlin. “La mayor parte de la actividad propagandística rusa tiene un público objetivo dentro de Rusia. Una de las prácticas habituales es traducir esos conflictos foráneos para una audiencia rusa, con el mensaje de que todo el mundo tiene problemas, que Occidente es hipócrita, que en todos los países los Gobiernos actúan de forma similar. Hay que recordar que nosotros somos el público o los objetivos secundarios. El principal está en Rusia y la razón de eso es legitimar a la actual élite del Kremlin y que se mantenga en el poder”, asegura.
Similitudes con Kosovo
La Alianza Atlántica, a la que España se sumó en 1982, ha mantenido una posición firme de apoyo al Gobierno de Mariano Rajoy y sus aliados en la oposición durante esta crisis, dentro de su tradición de abstenerse de asuntos políticos. El 27 de octubre, un representante de la organización militar dijo a las agencias informativas: “España es un aliado comprometido, que efectúa contribuciones importantes a nuestra seguridad común. El asunto catalán es interno y debe resolverse dentro del orden constitucional español”.
Los medios estatales rusos han aprovechado a la propia OTAN para dirigir diversos ataques a España en la gestión de la crisis, con su habitual mezcla de exageraciones y medias verdades. Un titular del portal RT en inglés del 4 de octubre decía, sin comillas: “¿Por qué no está bombardeando la OTAN Madrid durante 78 días?”. Posteriormente, le atribuía esa frase al ex- diplomático británico William Mallinson, que percibe similitudes entre el caso catalán y el kosovar, algo en sintonía con unas declaraciones recientes de Vladímir Putin, el presidente ruso.
Este es un caso paradigmático de las manipulaciones de RT. Mallinson es una fuente habitual en el universo informativo del portal ruso, un académico de la desconocida universidad online romana Guglielmo Marconi que lo mismo opina de la acogida de refugiados en Alemania, el conflicto sirio, la guerra en Ucrania o el Gobierno de Grecia. El servicio diplomático que consta en su currículum es el de funcionario, tercer secretario y segundo secretario en funciones en destinos como Nairobi. Sería una fuente dudosa para cualquier medio serio, pero a RT le vale para un titular sobre posibles ataques de la OTAN a Madrid.
“Hay que poner fin a los graves efectos de la globalización y la destrucción que viven los Estados-Nación”, decía Mallinson en la misma entrevista. En ella, en un giro muy común en los medios prorrusos en Europa, acababa culpando de todo al magnate estadounidense nacido en Hungría George Soros: “Hay que mantener a la gente que interfiere apartada de esto, recuerdo, creo, pienso que George Soros, su poder económico fue muy fuerte en Kosovo y tal vez aquí, no lo sé, son rumores que he escuchado”.
La publicación de esas noticias y otras como la de que 12 países apoyaban el nacimiento de un nuevo Estado catalán, son, según los análisis del Centro de Excelencia de Comunicaciones Estratégicas de la OTAN, el primer paso en el proceso de injerencia de las redes prorrusas. Una vez se publican en medios financiados por el Kremlin, como RT o Sputnik, llega la segunda fase: la llamada “falsa amplificación”. De forma paralela, comparten las noticias falsas perfiles reales y falsos en redes sociales, bots que se activan desde arriba. Los analistas tanto de ese centro de la OTAN como del East Stratcom Task Force de la Unión Europea consideran que entre un 70% y un 80% de la viralización de esos contenidos es resultado de la interacción de esas cuentas durmientes o automatizadas.
Según Sarts, son redes que se alquilan: “Tras ellas hay lo que podríamos describir como actores relacionados con Estados que controlan algunos de esas redes bots. Pueden ser redes de 1.000 o 10.000 cuentas que, básicamente, se coordinan o se les orden que se coordinen”, afirma. Hay un gran problema para combatir estas redes de desinformación, según un informe de la OTAN datado en noviembre: la red mayoritaria a nivel mundial es Facebook y muchas de sus interacciones son privadas. “Los investigadores sólo pueden seguir la punta del iceberg, es decir, páginas y grupos de usuarios públicos”, asegura el informe. Además, la esfera rusa en Internet está dominada por plataformas autóctonas como VK, Odnoklassniki o MoiMir. Las tres suman 180 millones de usuarios registrados.
Fuente: El País
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