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París, 24 oct (EFE).- El gigante alimentario Lactalis está bajo la vigilancia de las autoridades francesas, que han advertido de que lo sancionarán si se confirma que hubo fraude por sacar al mercado 8.000 toneladas de leche en polvo para adultos en una planta que tuvo que cerrar seis meses por contaminación con salmonela.
"Si trató de defraudar (...) debe ser condenado", afirmó hoy el ministro de la Transición Ecológica, François de Rugy en una entrevista al canal "LCI", tras revelarse que de la factoría de Craon (oeste) salieron esas 8.000 toneladas utilizadas en diferentes productos pese al escándalo que le obligó a suspender su actividad.
Al menos 38 bebés resultaron contaminados por la bacteria de la salmonela -una veintena fueron hospitalizados- a causa de la leche infantil de Craon, que se había comercializado en Francia y en otros 85 países.
La producción en la planta fue paralizada entre diciembre de 2017 y comienzos de julio por ese brote y el Gobierno francés decidió la retirada de los lotes potencialmente contaminados de leche para bebés.
Sin embargo, según reveló hoy "Le Canard Enchaîné", no se hizo lo mismo con la leche en polvo para adultos y un funcionario del servicio antifraude citado por la publicación, cubierto por el anonimato, consideró que se hizo correr "un riesgo inútil".
En un comunicado, Lactalis replicó a las "acusaciones" del semanario y precisó que la contaminación sólo afectó a la torre de secado número 1 de Craon, que fue cerrada y desmantelada definitivamente.
La empresa subrayó que las 8.000 toneladas objeto del artículo de "Le Canard Enchaîné" salieron de la torre de secado número 2, que no sufrió contaminación, y con un circuito independiente.
"Las insinuaciones de una posible contaminación de esas leches en polvo de adulto no tiene fundamento y se basa en hipótesis no justificadas. El grupo Lactalis nunca habría podido sacar al mercado productos que sabía contaminados", concluyó.
Rugy aseguró hoy que los departamentos de Agricultura y de Economía (antifraude) "vigilan esta empresa".
El presidente de la asociación de víctimas de ese brote de salmonela, Quentin Guillemain, reclamó en un comunicado "una investigación independiente" sobre los nuevos elementos, en particular para determinar si se intentó ocultar esa producción y por qué las autoridades se limitaron a retirar la leche de bebés.
Guillemain, que sugirió que razones económicas han podido primar sobre las de seguridad sanitaria de los alimentos, hizo hincapié en que la de adultos se había fabricado en las mismas torres de secado y por tanto no está libre "de toda sospecha de contaminación".
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