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Madrid, 26 ene (EFE).- En los cuentos infantiles o relatos folclóricos, las brujas se presentan como mujeres feas y malvadas, que tienen poderes mágicos y que, generalmente, pueden volar montadas en una escoba; sin embargo, en el desfile de Teresa Helbig han aparecido este sábado como diosas intrépidas y aventureras.
Con su colección "I put a sell on you", Teresa Helbig ha querido dar la vuelta a la bruja como símbolo de lo maléfico: "Es un homenaje a esas mujeres que han estado privadas de libertad o señaladas con el dedo", ha explicado hoy a Efe la diseñadora.
Con su varita mágica y perfeccionamiento enfermizo, Helbig construye poderosas prendas, como un abrigo con plumas de marabú y tiras de terciopelo inglés o un vestido largo de inspiración botánica, cuya parte de abajo muestra un bosque bordado con hilos verdes de distintas tonalidades. "Incluso aparece el lobo en tonos blancos", detalla Helbig.
En este mundo de brujas de mirada amable que dominan el mundo, surgen prendas con encajes de bolillos, plumetti, piezas de cuero troquelado y vestidos con estructura de cristal soldado a mano o bordados con cuerda de seda.
Entre todo este fabuloso mundo, sobresale un quimono negro con una llamativo dragón y un abrigo rosa empolvado con dos búhos realizados a manos con cientos de perlas y piedras de fantasía.
Por vez primera, un vestido nupcial con un delicado plisado cierra el desfile de esta diseñadora obsesionada con la costura, un trabajo que seduce a muchas celebrities y también a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha estado viendo este desfile con notas rebeldes y románticas.
La colección de Roberto Torretta habla de moda urbana y práctica, prendas para ir a la oficina bien vestida, de manera sobria, sin sobresaltos. Con esta idea, el diseñador muestra patrones muy masculinos: pantalones de pata de elefante, chaquetas y abrigos 'oversize', confeccionados con tejidos cálidos en colores fríos como el gris antracita.
Consecuente con las necesidades de la actual mujer, Torretta vuelve a dividir el arte de vestir en dos momentos del día. Para la mañana, los candidatos perfectos son los vestidos asimétricos de siluetas ajustadas y corte evasé, de estética joven, mientras que para la noche propone siluetas plisadas en negro.
Por segunda vez, Marina Conde, directora creativa de La Condesa, vuelve a traer a la pasarela una colección en la que sus famosas chaquetas son las protagonistas.
Junto a ellas aparecen vestidos, blusas y trajes sastre, muchos de ellos estampados flores otoñales y el logotipo de la firma en un intento en que la marca no pase desapercibida.
Por la mañana, Andres Sarda presentó una colección inspirada en el zodíaco y la astrología, interpretando los signos a través de piezas de lencería y prendas de baño, lucidas por Ángela Ponce, la primera modelo transexual en competir en el concurso de belleza de Miss Universo.
Después, Ulises Mérida mostró piezas sencillas pero con un estudiado patronaje, al igual que los vestidos nocturnos que llegan con siluetas envolventes, superposición de capas y espaldas desnudas.
La idea de Mérida ha sido imprimir un carácter liviano y armado. Por ello, a lo largo de las salidas se han visto unas corazas blancas, hechas en impresión 3D que delimitaban la silueta de la mujer, con el fin de resaltar su belleza femenina y empoderamiento.
A última hora de la tarde, las firmas Ailanto y Pedro del Hierro se encargarán de cerrar la tercera jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid en el Palacio de Cibeles de la capital.
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Carmen Martín/Inmaculada Tapia
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