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París, 17 dic (EFE).- Las medidas en favor del poder adquisitivo para calmar las protestas de los "chalecos amarillos" tendrán un costo de 10.000 millones de euros para las arcas públicas francesas en 2019 y acarrearán una subida del déficit público hasta el 3,2 % del producto interior bruto (PIB).
El primer ministro francés, Édouard Philippe, aseguró en una entrevista publicada hoy por "Les Echos" que pese a ese incremento del gasto público, su objetivo sigue siendo "cumplir al máximo nuestros compromisos" sobre las cuentas públicas, pero reconoció que habrá "un ligero aumento del déficit" respecto al 2,8 % que se había previsto antes de ese dispositivo.
Philippe insistió en que los números rojos de las cuentas públicas se podrán contener gracias a los esfuerzos de disminución del gasto y de suspensión de recortes de impuestos a las empresas, que en conjunto cifró en unos 4.000 millones de euros.
Entre estas últimas figura la puesta en marcha de un impuesto sobre los gigantes de internet desde el año próximo "en espera de la tasa europea que ha sido objeto de un acuerdo reciente". El Gobierno francés espera recaudar con ese nuevo impuesto 500 millones de euros el año próximo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el pasado día 10 cuatro medidas para aumentar el poder adquisitivo de asalariados y pensionistas con ingresos bajos y medios, el más destacado un aumento de 100 euros en la remuneración del salario mínimo, sin que eso cueste ni un solo euro suplementario a las empresas.
El primer ministro precisó que eso se conseguirá con "un alza masiva" de la llamada "prima de actividad, una prestación para incitar a personas con bajos sueldos a seguir trabajando en lugar de vivir de subsidios.
Philippe explicó que se había optado por esa opción en lugar de una rebaja de las cotizaciones y que se beneficiarán 5 millones de personas.
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