Lectura fácil
Leer es un placer, pero más allá de eso, puede ser un componente importante para que nuestras vidas sean más longevas. No es la primera vez que escuchamos hablar sobre los beneficios de la lectura, sobre todo para nuestro cerebro. El leer nos ayuda a mejorar nuestras capacidades de aprendizaje, a protegernos de enfermedades degenerativas a nivel cognitivo y a desarrollar nuestras conexiones neuronales al necesitar de nuestra capacidad de abstracción e imaginación.
Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Yale, en New Haven, Estados Unidos, ha querido saber si existe una relación entre leer, o no hacerlo, y la longevidad en las personas. Una hipótesis en la que se han invertido 12 años de investigación y se ha implicado a más de 3.600 individuos de estudio, ha dado por fin sus frutos y ha determinado que sí, efectivamente la lectura nos ayuda a ser más longevos.
Leer libros nos da vida
Más allá de las metáforas de alabanza para los que somos amantes de la lectura, leer literalmente nos ayuda a tener una vida mejor y más larga. Así lo ha demostrado un estudio de la Universidad de Yale que implicó a 3.635 participantes mayores de 50 años, a los que preguntaron sobre sus hábitos de lectura, durante un seguimiento que llegó a alcanzar los 12 años. Periodo en el que pudieron determinar varios aspectos interesantes, como que las personas del estudio que leían de forma regular, vivían más años de media que el resto.
"Nuestros análisis demostraron que cualquier nivel de lectura de libros daba una ventaja de supervivencia significativamente mayor que la lectura de publicaciones periódicas. Se trata de un hallazgo novedoso, ya que los estudios anteriores no comparaban los tipos de material de lectura; indica que la lectura de libros, y no la lectura en general, está impulsando una ventaja de supervivencia", se comenta en el estudio.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores crearon 3 grupos diferentes de consulta, en el primero introdujeron a sujetos que no leían de forma habitual, seguidamente de personas que lo hacían menos de 3,5 horas a la semana, y finalmente, los que superaban estas horas semanales. Por supuesto, no tuvieron en cuenta para el estudio ni género, ni nivel de educación o riqueza. Gracias a ello pudieron constatar que los dos grupos de lectores vivían una media de 23 meses más que los que no lo hacían nunca.
La conexión emocional y el ejercicio cognitivo
Leer libros tiene una mayor implicación cognitiva y emocional que el hacerlo solo de publicaciones periódicas, como en el caso de revistas o noticias. En el estudio se recalca que su hallazgo "sugiere que la lectura de libros proporciona una ventaja de supervivencia debido a la naturaleza inmersiva que ayuda a mantener el estado cognitivo". Y es que cuando leemos, no solo hacemos trabajar a nuestras neuronas, también implicamos las emociones, la empatía y la percepción social.
Estos dos importantes aspectos, ayudan a proteger el cerebro del deterioro y a mejorar nuestra inteligencia emocional, lo que acaba haciendo que vivamos con menos estrés, uno de los principales factores citados por el estudio, para explicar este aumento de longevidad gracias a leer libros: "los mejores comportamientos de salud y la reducción del estrés pueden explicar este proceso".
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