La importancia de utilizar un lenguaje inclusivo y accesible

El lenguaje es el sistema de comunicación que nos caracteriza como seres humanos y es la herramienta fundamental que tenemos para ordenar el pensamiento y categorizar al mundo que conocemos a través de los sentidos.

Las palabras que utilizamos importan

Sin duda, el lenguaje crea todo tipo de realidades. Nombrar lo que vemos o sentimos da identidad a las cosas y las organiza entorno a esquemas conceptuales que nos hace entenderlo todo mejor y más rápidamente.

Esto de crear realidades puede parecer solo una curiosidad digna de un debate sobre globalización, pero tiene bastante más importancia. Cuando creamos nuestros discursos entorno a colectivos o grupos sociales estamos creando la realidad en la que deben manejarse y crecer esas personas sin apenas darnos cuenta.

Las personas con discapacidad no son minusválidos

Hay grupos sociales que sufren discriminación y se han visto definidos a través de lo negativo con demasiada frecuencia. De las mujeres, por ejemplo, se ha dudado siempre de su fortaleza o capacidad de liderazgo, es por esta discriminación por la que el colectivo de personas con discapacidad denuncia que las mujeres con discapacidad sufren una doble discriminación.

Las personas con discapacidad o personas con diversidad funcional también arrastran una historia muy dura en cuanto a su definición como colectivo, entre otras. Por suerte, se ha superado términos como minusválido, idiota, subnormal, lisiado o tullido.

Hay personas que se sienten identificadas como personas con diversidad funcional

Por ejemplo, la palabra idiota no era un insulto en sus orígenes, sino un término médico que designaba un grado de discapacidad intelectual. Todos estos términos definen a la persona como incapaz. Primero, la describen desde la falta de capacidad; segundo, la consolidan como inferior a las personas consideradas "normales". Por estas razones, todas esas palabras son peyorativas.

El colectivo de personas con discapacidad parece que no se termina de poner de acuerdo con el término que mejor les identifique. Algunas asociaciones optan por personas con discapacidad y defienden su uso normalizo, mientras otras piensas que el término correcto es personas con diversidad funcional.

Normalizar la situación porque es una situación normal y natural

Las personas que no terminan de aceptar la terminología personas con discapacidad alegan que al hablar de personas con discapacidad seguimos poniendo el foco en la discapacidad. Es decir, definimos a la persona desde aquello que le falta o que no puede hacer y marcamos la diferencia.

Otras personas se sienten más cómodas con el uso del término personas con diversidad funcional, el cual sigue poniendo el foco en las diferencias pero no tiene el prejuicio de ser mala o buena. Parece ser que la diversidad funcional es algo más habitual entre las personas, ya que en cualquier momento de la vida puede llegar de forma sobrevenida, pero tampoco todos los tipos de discapacidades implican una diversidad funcional.

Evitar los términos peyorativos y los prejuicios

Desde GNDiario invitamos a todas las personas a utilizar palabras que no sean peyorativas para nadie, que no impliquen desprecio ni conlleven en sí mismas el subrayar la diferencia y el prejuicio. Es importante que cada persona decida cuál es el término con el que mejor se siente para identificarse.

Queda, por tanto, bastante claro que se necesita un cambio, una evolución hacia una terminología más inclusiva, que elijan las propias personas involucradas y que eviten juzgar si valen o no para ciertas actividades o señalen lo que es normal y lo que, a su juicio, no.