Lentillas y piscina: ¿Puedes bañarte con ellas puestas?

Durante el verano, muchas personas esperan con ansias las actividades al aire libre, como nadar en la piscina, ir a la playa y organizar barbacoas, aprovechando el buen clima. Sin embargo, para aquellos que usan gafas o lentes de contacto, esta temporada puede convertirse en un inconveniente, aunque algunos no se preocupen por ello.  

Las lentes de contacto son parte de la vida diaria de muchas personas, por lo que es crucial cuidarlas adecuadamente. Esto es importante no solo para evitar dañar los ojos, sino también para poder disfrutar plenamente de su visión. Es esencial seguir las instrucciones del fabricante y del optometrista para el mantenimiento y limpieza de las lentes. 

La piscina puede ser un peligro para nuestros ojos

Es común que, en verano, cuando llega el buen tiempo, las personas disfruten de actividades al aire libre como ir a la piscina, a la playa o hacer barbacoas. Sin embargo, para aquellos que usan gafas y lentes de contacto, esto puede suponer un desafío, aunque algunos no le den importancia. 

En particular, nos referimos a las personas que suelen usar los lentes de contacto de manera incorrecta. Las lentillas son parte de la rutina diaria de muchas personas, por lo que es esencial cuidarlas y mantenerlas adecuadamente. Esto no solo ayudará a evitar problemas oculares, sino también a disfrutar al máximo de una buena visión. 

Es posible que alguna vez haya lentes de contacto usados en la piscina sin saber que esto puede ser perjudicial para tus ojos. Aquí te explicaremos las razones y recomendaciones de los expertos al respecto. 

Cuando usamos lentillas en la piscina, el agua puede provocar diversos problemas. En primer lugar, el agua de la piscina contiene productos químicos como el cloro, que pueden dañar y desgastar las lentes de contacto. Además, el cloro puede irritar los ojos y causar secuela y enrojecimiento. 

Otro problema común es el riesgo de infecciones oculares. El agua de la piscina puede albergar bacterias, parásitos y otros microorganismos que pueden causar infecciones graves, como la queratitis. Estas infecciones pueden ser dolorosas y requieren atención médica. 

Por todas estas razones, los expertos recomiendan no usar lentes de contacto en la piscina. En su lugar, es mejor optar por gafas graduadas o utilizar lentes de contacto desechables diarios que pueden ser desechados después del contacto con el agua. 

Si deseas disfrutar de actividades acuáticas mientras usas lentillas, puedes utilizar gafas de natación graduadas que sean compatibles con tu prescripción visual. Estas gafas te permitirán disfrutar del agua sin poner en riesgo tu salud ocular. 

¿Por qué no debemos usar lentillas en la piscina?

Es cierto que no es recomendable usar lentillas en la piscina, playa u otros entornos acuáticos. Los expertos desaconsejan esta práctica debido al riesgo de infección, especialmente en la córnea. El agua contiene bacterias y gérmenes que pueden adherirse y afectar los ojos.

Esto puede dar lugar a infecciones graves, como conjuntivitis, así como a la aparición de hongos u otras infecciones que pueden tener consecuencias más graves para la salud ocular.  

Además, en el caso específico del agua de las piscinas, se utilizan productos químicos como el cloro, que pueden causar irritación e inflamación en los ojos. Para aquellos que practican deportes acuáticos o se bañan con frecuencia, existen algunas recomendaciones importantes:  

• Utilizar lentillas desechables diarias y desecharlas después del baño. 
• Usar gafas de natación que eviten el contacto directo del agua con los ojos. 
• Si decides bañarte con ellas puestas, evita sumergir la cabeza en el agua para minimizar el riesgo de infección. 

También es posible optar por gafas de natación graduadas, que pueden reemplazar el uso de lentillas en el agua y brindar una visión clara y protección para los ojos.