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El Tribunal Supremo de Inglaterra y Gales deberá pronunciarse sobre la Ley británica de Interrupción del Embarazo, porque actualmente considera las vidas con discapacidad menos valiosas.
Dicha Ley de Interrupción del Embarazo establece un plazo de 24 semanas de manera general pero, en el caso de “grave discapacidad o anomalías físicas y mentales en el feto o de gran riesgo para la salud de la madre”, permite abortar hasta el momento del nacimiento.
Según las previsiones, la audiencia que revisará esta cuestión comenzará el 6 de julio, y en ella intervendrán las dos mujeres impulsoras del recurso: Heidi Crowter y Máire Lea-Wilson.
La interrupción del embarazo, algo que llama a la ética y la reflexión
La primera mujer impulsora de derrocar la Ley de Interrupción del Embarazo es Heidi Crowter, una activista de 25 años con síndrome de Down.
Por otro lado, tenemos a Máire Lea-Wilson, madre de un niño con este mismo síndrome.
Desde 2019, Crowter impulsa una campaña para ilegalizar el artículo 1.1 de la norma británica que, en su opinión, “sugiere que las vidas como la mía no tienen el mismo valor”.
Para poder frenar la Ley de Interrupción del Embarazo, Crowter llegó a enviar una carta al secretario de Estado de Salud para pedirle su revisión.
Por su parte, Máire Lea-Wilson explicó que se concienció sobre el tema al escuchar una entrevista con la joven activista, donde Crowter explicaba cómo esta ley le hacía sentir “una persona no querida”.
Lea-Wilson recibió la noticia de que su segundo hijo, Aiden, nacería con síndrome de Down cuando se hallaba en la semana 34 de gestación, y pese a este retraso, le ofrecieron tres veces la posibilidad de abortar.
"Durante ese periodo de gran vulnerabilidad, lo único que me repitieron es que mi hijo no sería capaz de vivir de manera independiente y que tal vez ni siquiera sería capaz de caminar o hablar", apuntó Lea-Wilson en una entrevista a CNA.
"Nos dijeron que estaría sometido a continuas operaciones quirúrgicas para corregir sus problemas intestinales y los probables defectos cardíacos congénitos, que tenía una probabilidad muy alta de morir en el útero y que nuestra vida, con él, sería un calvario", agregó la madre.
La interrupción del embarazo según la ley británica, ¿puede considerarse un atentado contra la vida?
Aiden nació dos semanas después del diagnóstico, tiene ahora casi 2 años y su madre está feliz con él. Sin embargo, ella considera que la ley británica no trata a sus dos hijos por igual, ya que es “obsoleta y debe ser cambiada”.
Por ello, acudirá el próximo 6 de julio ante el alto tribunal para erradicar esta ley de interrupción del embarazo, con la finalidad única de “defender la dignidad” de su hijo y de las personas con discapacidad como él.
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