Limitador de velocidad en todos los coches a partir de 2022

Estamos un poco lejos de los automóviles inteligentes pero sí más cerca de la mejor utilización de la tecnología como asistente en la conducción. Los nuevos modelos dentro de dos años tendrán que adaptarse a la nueva normativa europea. Mientras los modelos ya existentes tendrán dos años más, hasta el 2024. Esto supone un salto cualitativo en la incorporación de la tecnología en los vehículos para evitar accidentes.

La principal novedad es el asistente inteligente de velocidad (ISA), un limitador de velocidad. Según los cálculos del Parlamento Europeo, se pueden reducir un 20% las muertes en la carretera. Su función será avisar al conductor cuando rebase el límite de velocidad permitido. En cambio, esto no supondrá que el coche reduzca automáticamente su marcha, ya que es solo un aviso.

Disminuir la siniestralidad

Un estudio realizado por la Fundación Mapfre indica que con el uso de este asistente tecnológico se evitarían el 69% de los atropellos. Resultados obtenidos tras un análisis que se hizo a través de 500 reconstrucciones de accidentes. Asimismo, este informe advierte que
las condiciones meteorológicas adversas, la suciedad de los sensores o la falta de actualización del navegador, reducen la eficacia del ISA.

Por su parte, la asociación de fabricantes de automóviles (ACEA) se muestra favorable a la iniciativa. Aunque recuerda que además de aplicar la tecnología a los vehículos también hay que hacerlo en las infraestructuras. En este sentido, critican que las señales de las carreteras no están armonizadas en Europa. Como tampoco registran los mapas digitales todos los límites de velocidad en todas la carreteras y sus datos los datos no están actualizados.

Más allá de este asistente de velocidad, hay más de una decena de novedades que incluyen el freno de emergencia o el aviso por distracción o salida de la vía. Y si la caja negra hasta ahora era para los aviones, también la tendrán los coches. Muchas de estos requisitos ya están en algunos modelos, pero ahora serán obligatorias.

En el 2017, hubo 25.000 los muertos en la UE y 135.000 heridos graves. A lo que la CE alerta de la dificultad para seguir reduciendo las víctimas sin un uso intenso de la tecnología. Hasta ahora, el objetivo fijado por la UE de disminuir a la mitad el número de muertes entre el 2010 y el 2002, se estancó entre 2013 y 2015. Aunque después continuó bajando un 2% tanto en el 2016 como en el 2017.