El Chef José Andrés con los más necesitados de Madrid

10.000 menús al día desde los fogones de la Escuela Municipal de Hostelería de Santa Eugenia (Madrid ), con el apoyo de la ONG del Chef Jose Andrés.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acompañado por la vicealcaldesa, Begoña Villacís, el delegado del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, y la concejala de Villa de Vallecas, Concha Chapa, han visitado hoy la Escuela Municipal de Hostelería de Santa Eugenia junto al chef José Andrés, que ha venido a Madrid para supervisar la labor que está realizando su ONG, World Central Kitchen (WCK), con motivo de la pandemia de la COVID-19. La de Santa Eugenia es la más grande de las doce cocinas con las que colabora WCK en la ciudad.

Tanto Almeida como Villacís le han trasladado al cocinero la gratitud por la labor de WCK durante las últimas semanas, en las que desde los fogones de la Escuela Municipal de Hostelería de Santa Eugenia han salido cada día hasta 10.000 menús destinados a familias vulnerables y personal sanitario alojado en hoteles de la ciudad. Estas comidas han servido para satisfacer las necesidades detectadas tanto por el Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social como por los servicios sociales de los distritos. En el reparto de esos menús han colaborado los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid.

Gran labor en momentos críticos

El pasado 7 de abril, la Escuela Municipal de Hostelería de Santa Eugenia comenzó a funcionar de la mano de World Central Kitchen para elaborar hasta 10.000 comidas al día destinadas a familias vulnerables y personal sanitario. Una acción más del Plan de Emergencia para Familias puesto en marcha por el Ayuntamiento de Madrid para afrontar la crisis sanitaria de la COVID-19.

Más de 100.000 madrileños están comiendo gracias a las ayudas de los servicios sociales y de las redes vecinales de los 21 distritos de Madrid, cuando ya se han cumplido los dos meses desde que se decretó el estado de alarma en España por el coronavirus.

Muchos madrileños necesitan ayuda para comer durante la crisis

En los últimos días hemos visto algunas fotografías de filas interminables de personas esperando a recibir una bolsa con alimentos básicos en Madrid. Alimentos como leche, arroz, galletas o patatas está repartiendo la asociación de vecinos de Aluche, en el distrito de Latina, a los madrileños más vulnerables de esta crisis.

Esta asociación ofrece estos días alimentos a unas 3.200 personas. Es una de las decenas de redes ciudadanas que reparten comida a familias golpeadas por la pandemia en la capital sin pasar por los canales municipales.

Esta necesidad no solo se puede atender con altruismo

Por un lado, 81.677 personas pertenecientes a 30.043 familias que coordinan los servicios sociales del Ayuntamiento. Por otro, a 20.265 personas de 5.828 familias les llega por grupos ajenos a la administración, según un balance elaborado desde el 15 de marzo hasta el 30 de abril por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).

“Se agradece el altruismo pero esto lo debe liderar Servicios Sociales”, afirma el delegado del área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, al tiempo que les pide a estas asociaciones los datos de las familias a las que entregan ayuda.

Servicios sociales y los voluntarios

La FRAVM ha recopilado datos de 58 redes vecinales con más de 6.000 voluntarios que distribuyen comida en los 21 distritos. La mayoría de lo que distribuyen llega a través de particulares, pequeño comercio y empresas o donaciones económicas, pues muchas cuentan ya con una cuenta corriente en la que se pueden realizar ingresos.

Solo el 16% de esas redes cuenta entre sus ayudas con parte de productos facilitados por la junta de distrito correspondiente. Por eso, la FRAVM pide una gran intervención social de la administración municipal y la apertura de cocinas solidarias en los distritos como ya se ha hecho con la de la escuela de hostelería de la Casa de Campo o con la de Santa Eugenia.

Las asociaciones vecinales se vuelcan con los más vulnerables

Según la federación regional, hay muchas familias que se enfrentan por primera vez a la necesidad y tienen que pedir ayuda, lo cual no es fácil de asimilar. “Nadie duda de que la capital necesita una intervención pública de gran calado para atender las necesidades básicas de su población”.

La crisis social de la pandemia ha reorientado la labor de la mayoría de las asociaciones, que ahora se centran en paliar la emergencia alimentaria. Las aulas de informática o yoga son ocupadas ahora por la harina o los macarrones.

Aún no han llegado las mesas de coordinación

“Hay un funcionamiento desigual entre unas juntas municipales y otras”, se queja Quique Villalobos, presidente de la FRAVM, y explica que muchas veces son las asociaciones vecinales las que derivan familias a servicios sociales y otras son los propios servicios sociales los que mandan familias a estas redes vecinales “cuando no dan abasto”.

Señala también que las mesas de coordinación prometidas por el Ayuntamiento en los 21 distritos para resolver esos problemas todavía no están funcionando. “Eso de momento no ha llegado”.

La Latina es el distrito que más ayuda recibe del Ayuntamiento

El delegado del área social de Aluche, Pepe Aniorte, ha visitado este lunes el colegio Nuestra Señora del Lucero, en el barrio del mismo nombre. En su cocina se preparan a diario un millar de comidas que después se distribuyen desde las parroquias. También se ha habilitado la del colegio Costa Rica.

Este distrito de Latina, con 10.876 personas de 3.322 familias, es el que más ayudas en forma de alimento recibe por parte del Consistorio. El que menos, Moratalaz, con 879 personas de 767 unidades familiares. En los datos de la FRAVM las personas que reciben ayuda en Latina son más de 3.500. Este distrito solo es superado por Centro, con más de 4.000 ciudadanos comiendo gracias a las redes vecinales.

El Ayuntamiento les pide que se unan a la estructura de gestión de las ayudas de los servicios sociales municipales. “El objetivo es que ninguna entidad vaya por su cuenta”, señala Aniorte. “Quien tiene que liderar la respuesta es la administración pública con los servicios sociales” y “les pido que nos pasen los datos” de las familias para “trabajar codo con codo”.

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