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Las gaviotas tienen una gran importancia en la expansión de malas hierbas porque pueden dispersarlas tras ingerir sus semillas y luego expulsarlas a otros lugares, lo cual puede ocasionar graves problemas ecológicos, pues algunas de esta maleza son introducidas y pueden poner en peligro la biodiversidad de la flora local en entornos naturales, según un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC).
Las gaviotas pueden convertirse en los principales dispersores de malas hierbas
Este estudio, publicado en la revista Journal of Ecology, de la Sociedad Ecológica Británica, ha llegado a la conclusión de que las gaviotas pueden convertirse en los principales dispersores de malas hierbas, junto con los seres humanos, lo que supone grandes costes económicos a la agricultura.
El doctor Víctor Martín Vélez, de la EBD-CSIC, que ha estudiado en su tesis los procesos de transporte de semillas, nutrientes y contaminantes por gaviotas en Andalucía, bajo la dirección de Andy J. Green y Marta I. Sánchez, ha explicado que “hasta ahora, los estudios sobre este problema se han centrado, sobre todo, en investigar el papel de las aves frugívoras, es decir, las que se alimentan de frutos carnosos, infravalorando el potencial de las aves acuáticas para dispersar semillas".
Algunas de estas malas hierbas pueden poner en peligro la biodiversidad
La EBD-CSIC ha investigado cómo las aves acuáticas pueden estar afectando a la expansión de malas hierbas por distintos hábitats. Anteriormente, no se pensaba que las que carecen de frutos carnosos y presentan semillas muy pequeñas podían dispersarse a través de los pájaros.
En concreto, el estudio se centrado en las gaviotas sombrías, una especie que está experimentando un gran aumento de población en hábitats humanos por todo el mundo y que en invierno abunda en tierras interiores en el sur de Europa.
Para la investigación, el equipo analizó entre 2010 y 2017 los movimientos de 19 gaviotas sombrías (‘Larus fuscus’), procedentes de cinco colonias reproductoras diferentes de Reino Unido, Países Bajos y Bélgica que frecuentan los arrozales situados en los alrededores del Parque Nacional de Doñana, donde se reúnen algunos miles de ellas en invierno.
Es esencial predecir y controlar la expansión para respetar la biodiversidad
Concretamente, esta especie es una de las gaviotas más comunes y actualmente resulta ser la segunda especie más numerosa de las aves acuáticas que invernan en los humedales de Andalucía (junto con la cuchara común y el flamenco), por lo que su papel en la dispersión de semillas podría ser importante. Martín Vélez ha afirmado que “entender los patrones dispersión puede ayudar a gestionar nuevas especies exóticas o resistentes a herbicidas dentro de un sistema agrícola".
Los resultados obtenidos sugieren que las aves acuáticas, como las gaviotas, pueden ser importantes vectores de malas hierbas entre paisajes humanizados y áreas naturales. Comprender la función de estas aves en este fenómeno es esencial a la hora de predecir y controlar la expansión de malas hierbas. “Esta investigación abre las puertas a otros estudios, por ejemplo, sobre cómo las aves podrían estar contribuyendo a la expansión de poblaciones de plantas resistentes a herbicidas, por ejemplo”, ha concluido Martín Vélez.
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