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El mar de Alborán, situado entre el Mediterráneo y el Atlántico, tiene una función clave como zona de transición entre ambos mares. Esta conexión favorece una rica biodiversidad marina, influenciada por las corrientes oceánicas que afectan la distribución de muchas especies. A pesar de su tamaño reducido, el mar de Alborán presenta ecosistemas complejos, generando debates científicos sobre los límites poblacionales de diversas especies explotadas con fines comerciales, como la sardina, la merluza europea y el besugo.
El proyecto TRANSBORAN (2017-2021), liderado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), ha sido fundamental para entender cómo se estructuran estas poblaciones. En colaboración con científicos de Argelia, Marruecos, Túnez, Italia y España, y con el apoyo de la FAO y la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (GFCM), el proyecto buscó mejorar la gestión sostenible de estos recursos marinos. La investigación ha revelado que, lejos de formar poblaciones homogéneas, las especies muestran una clara diferenciación espacial, lo que tiene importantes implicaciones para las políticas de pesca.
Hallazgos del proyecto: diferenciación poblacional y conectividad
Uno de los descubrimientos más sorprendentes del estudio es la diferenciación de las poblaciones de merluza, un hallazgo inesperado dado lo cerca que están las costas norte y sur del mar de Alborán. En lugar de una dispersión uniforme, se identificaron poblaciones diferenciadas que requieren una gestión específica por áreas geográficas. Según Manuel Hidalgo, coordinador del proyecto, “a pesar de la pequeña extensión del área de estudio, las especies como la merluza muestran estructuras complejas”.
La sardina también presenta cierta complejidad en su distribución, lo que resalta la necesidad de adaptar las políticas pesqueras. En cuanto al besugo, la investigación demostró que su población se extiende más allá de los límites del mar de Alborán, agregando un desafío adicional para el manejo transfronterizo de esta especie.
Para obtener estos resultados, los científicos combinaron datos de campo, modelos oceanográficos y campañas de muestreo para analizar la distribución de huevos y larvas. Además, se estudió la actividad de las flotas pesqueras que capturan estas especies, proporcionando una visión integral del impacto humano sobre los ecosistemas.
Implicaciones para una gestión pesquera sostenible
Los resultados del proyecto TRANSBORAN destacan la importancia de gestionar las poblaciones marinas en función de sus estructuras diferenciadas. Esto es crucial para evitar la sobreexplotación y garantizar la sostenibilidad a largo plazo. La cooperación internacional entre los países del Mediterráneo occidental ha sido clave para avanzar en la gestión compartida de estos recursos.
El estudio también subraya la necesidad de mantener la delimitación de los stocks en áreas específicas para optimizar la explotación y preservar la biodiversidad marina. Los resultados obtenidos en este proyecto sientan las bases para desarrollar estrategias de gestión más eficaces, que combinen la protección de los ecosistemas con el aprovechamiento racional de los recursos pesqueros.
El proyecto TRANSBORAN ha mejorado nuestro conocimiento sobre la conectividad y los límites poblacionales de especies comerciales en el mar de Alborán, proporcionando información esencial para diseñar políticas pesqueras sostenibles. La colaboración internacional seguirá siendo fundamental para preservar estos ecosistemas únicos en beneficio de las generaciones futuras.
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