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Bruselas, 16 oct (EFE).- El activista y divulgador español contra el despilfarro alimenticio Manuel Bruscas presentó hoy en Bruselas 1.200.000 firmas para luchar contra el desperdicio de alimentos y para exigir, con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que los supermercados donen la comida que les sobra a las ONG.
Bruscas y otros impulsores de la iniciativa se reunieron hoy con la directora de Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Sabine Juelicher, en un encuentro, que según dijo el activista español a Efe, acabó "de forma positiva, sin medidas concretas pero con la atención y la promesa de introducir el tema en la agenda".
Más de un tercio de la comida que se produce en la actualidad acaba en la basura y, según un informe de 2017 realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO en sus siglas en inglés), una de cada nueve personas en el mundo pasa hambre.
"Si haces unas sencillas cuentas, solo con un 25 % de ese tercio que tiramos ya es suficiente para que toda esa gente no pase hambre. Existe comida suficiente para que todos podamos tener una alimentación digna", explicó el activista.
Con más de 80 millones de personas viviendo en Europa bajo el umbral de la pobreza y más de 40 kilos de comida de media desperdiciados por supermercados a diario en el continente, Bruscas explica que "habiendo consenso, debería ser un tema prioritario (...) la pobreza y la alimentación de la población son algo básico".
La campaña, iniciada el pasado 2015 a través de la plataforma de participación ciudadana change.org, fue creada por Arash Derambarsh, concejal de la localidad parisina de Courbevoie e impulsor de la actual legislación francesa contra el despilfarro.
La ley en Francia obliga a los supermercados de más de 400 metros cuadrados a donar la comida que les sobra.
En Italia, la actual norma, impulsada por Daniele Messina, otro de los activistas detrás de esta petición, se aprobó hace un año y tiene un enfoque "menos coercitivo", según Truscas, que incentiva fiscalmente a las empresas y va acompañada de campañas educativas de concienciación contra el despilfarro.
"Esta propuesta puede reducir en un 25% el despilfarro alimenticio como mínimo, pero también tiene un efecto en la concienciación donde la clave es la educación, con niños que nacerán con patrones de consumo donde despilfarrar no tenga sentido", aseguró.
Bruscas, autor del libro "Los tomates de verdad son feos", sugirió algunos hábitos para consumir de manera más eficiente, como realizar una lista de la compra, no guiarse por criterios estéticos, comprar productos de temporada y proximidad y reutilizar todo lo que sobre, ya sea en restaurantes o en casa.
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