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¿Quién podía imaginarse que el cultivo de café podría contar con ayudantes de plumas y alas? Pues si, los zumbidos y el batir de alas contribuyen con esta producción de alimento.
Y es que los granos de café son más grandes y abundantes cuando aves y abejas se alían para proteger y polinizar sus plantas, lo que aumenta el rendimiento de sus cultivos en un 25 %.
Ésta es la conclusión de un estudio liderado por la Universidad de Vermont (Estados Unidos) y publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.
El cultivo de café mejora considerablemente gracias a la acción de estas especies
El estudio apunta que los caficultores perderían una media de 1.066 dólares (casi 970 euros) por hectárea sin la ayuda de aves para controlar plagas y abejas para polinizar las plantas de café.
La industria del cultivo de café mueve cerca de 26.000 millones de dólares (unos 23.600 millones de euros), entre consumidores, agricultores y corporaciones que dependen del trabajo no remunerado para su actividad.
El trabajo analiza el cultivo de café de 30 fincas cafeteras y es el primero en mostrar cómo las contribuciones naturales de aves y abejas son mayores combinadas que sus aportaciones individuales.
“Hasta ahora, los investigadores generalmente calculaban los beneficios de la naturaleza por separado y luego, simplemente, los sumaban”, indica Alejandra Martínez-Salinas, del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie).
“La naturaleza es un sistema interactivo, lleno de importantes sinergias y compensaciones. Mostramos la importancia ecológica y económica de estas interacciones, en uno de los primeros experimentos a escalas realistas en granjas reales”, añade la investigadora.
Para llevar a cabo el trabajo, investigadores de América Latina y Estados Unidos analizaron el cultivo de café en plantas de café en 30 fincas con cuatro escenarios:
- Actividad de aves (control de plagas).
- Actividad de abejas (polinización).
- Ninguna de esas aportaciones.
- Entorno natural donde abejas y aves eran libres de polinizar y comer insectos como la broca del café, una de las plagas más dañinas que afectan la producción cafetera en todo el mundo.
Millones de especies, animales y de insectos, sustentan las vidas de todo el planeta
Sin pájaros ni abejas, el rendimiento promedio disminuyó casi un 25%, valorado en aproximadamente 1.066 dólares por hectárea.
“Una razón importante por la que medimos estas contribuciones, en concreto del cultivo de café, es para ayudar a proteger y conservar las muchas especies de las que dependemos, y que a veces damos por hecho”, recalca Natalia Aristizábal, doctoranda en el Instituto Gund para el Medio Ambiente y la Escuela Rubenstein de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Universidad de Vermont.
Y es que estas acciones por parte de la naturaleza no son solo necesarias para el cultivo de café, tal y como apostilla Aristizábal: “Las aves, las abejas y millones de otras especies sustentan nuestras vidas y medios de subsistencia, pero se enfrentan a amenazas como la destrucción del hábitat y el cambio climático”.
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