Las 5 obras icónicas que nos deja Fernando Botero, el pintor que redefinió el volumen

Hace escasos días el mundo del arte se vestía de negro para despedir al maestro Fernando Botero, a los 91 años, uno de los pintores colombianos más famosos y reconocidos por su característica forma de representar las figuras y los objetos en sus cuadros, a través de volúmenes exagerados. Su impacto pasará a la historia del arte del siglo XX y XXI, al haber generado una corriente propia conocida como "boterismo" y por su magnífica representación de la historia y la cultura latinoamericana.

“Tomé un camino aparte, casi opuesto a la mayoría de los otros artistas. No soy cubista, impresionista, surrealista, expresionista. Soy lo que soy”, comentaba el artista en una entrevista recogida por la BBC. Tan único era su estilo, que llegó a redefinir el volumen en la pintura, debido a la forma de plasmarlo. “Si pinto una mujer, un hombre, un perro o un caballo, lo hago con volumen. No es que yo tenga una obsesión con las mujeres gordas”, aseguró en una entrevista en El Mundo en 2014.

Las 5 obras más icónicas de Fernando Botero

El trabajo de Fernando Botero se ha exhibido en museos y galerías de todo el mundo, y sus esculturas públicas adornan numerosas ciudades. Además de su prolífica carrera artística, también participó activamente en el mundo del arte y la cultura, y su legado perdura como un icono del arte contemporáneo. Estas son sus 5 obras más icónicas:

'Mona Lisa, 12 años' (1978)

En esta reinterpretación de la famosa "Mona Lisa" de Leonardo da Vinci, Fernando Botero aporta su toque característico de volumen. La obra muestra a una Mona Lisa joven y regordeta, que refleja el estilo inconfundible del boterismo. De esta forma, le da una nueva vida a una de las obras más famosas del mundo.

'Hombre a caballo' (1987)

Esta escultura monumental de Botero representa a un hombre montando a caballo. Se trata además de una de las obras escultóricas más reconocidas del artista y sus réplicas se encuentra en numerosas ciudades de todo el mundo, incluyendo Nueva York, Madrid y Singapur.

'El gato' (1987)

La escultura "El Gato" es otra obra icónica de Fernando Botero. Esta escultura representa un gran gato en el estilo característico del artista colombiano, que se caracteriza por las formas redondeadas y exageradas que otorgan una sensación de volumen y plenitud a la figura. Cobró una fama especial cuando en 1992 se trasladó desde una plaza en Barcelona al estadio olímpico durante los Juegos de ese año.

'La familia' (1991)

Quizá esta sea la obra más reconocida de Fernando Botero. En ella plasta todos los puntos clave de su pintura, representando a las figuras con un aspecto robusto y lleno de vida, lo que enfatiza la unidad y la armonía familiar. El autor también busca representar la tradición, la cultura y el seno familiar latinoamericano.

'Los músicos' (1991)

Fernando Botero trabajó en una serie de pinturas y esculturas en las que buscaba representar el mundo de la música a través de instrumentos y músicos. Solía retratarlos de una manera alegre y exuberante, capturando la esencia de la música y la diversión.