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Roma, 19 abr (EFE).- México, Chile y Perú expusieron hoy en la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) las peculiaridades de sus sitios reconocidos como patrimonio agrícola mundial, los únicos tres de América Latina.
La sede de la agencia en Roma acogió una ceremonia de entrega de ese reconocimiento a 14 Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (Sipam) que desde 2016 han pasado a integrar una lista compuesta actualmente por 50 sitios en 20 países.
Uno de los nuevos sistemas premiados es el de las islas artificiales de las "chinampas" desarrolladas en Ciudad de México y basadas en técnicas nativas traspasadas oralmente desde la fundación de la antigua urbe en 1325 por los aztecas.
La directora de Proyectos Especiales de Ciudad de México, Norma Ruz, expuso en un acto las características de este sistema, que "ocupa uno de los últimos remanentes de los lagos que constituyeron la cuenca del valle de México".
En las islas, hechas con materiales locales como lodo y ahuejotes (sauces), se cultivan de manera intensiva (hasta cinco veces al año) legumbres, hortalizas y flores, dijo Ruz, quien explicó que en la actualidad hay unas 3.600 "chinampas" en plena producción.
El sistema abastece de alimentos a la población de Ciudad de México (de hasta 22 millones de personas en su zona metropolitana) y se ubica en el corazón de la capital, en una zona ya reconocida por la Unesco como patrimonio cultural de la humanidad, indicó la responsable.
Entre los primeros sitios de patrimonio histórico, designados hace 16 años, está el archipiélago chileno de Chiloé, en el sur de América del Sur, como subrayó Teresa Agüero, del Ministerio de Agricultura de ese país.
Allí las comunidades indígenas y agricultores han cultivado durante milenios cientos de variedades de patata, si bien últimamente se ha perdido material genético y muchas especies de plantas y animales están en peligro de extinción.
Agüero aseguró que la agricultura se combina de forma "natural" con la ganadería, la pesca, la gestión de los bosques y prácticas tradicionales agroecológicas como la fertilización con algas, que han sido transmitidas de generación en generación.
La representante del Gobierno chileno instó a reconocer esas tradiciones "de fuerte arraigo" y desarrollar una economía sostenible en el archipiélago aprovechando las oportunidades que brindan sectores como el turismo y la gastronomía.
"Se ha desarrollado una marca local reconocida. El próximo desafío es escalar la experiencia de Chiloé a otros territorios y establecer una red de sitios Sipam", añadió.
Mientras, la directora general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente del Perú, Miriam Cerdán, presentó la experiencia de la agricultura andina, también reconocida en 2011 como patrimonio mundial por cumplir con criterios como tener una rica biodiversidad, conocimientos y tecnologías tradicionales, ingeniosos modos de gestión del agua y de la tierra y fuertes valores culturales.
Cerdán detalló que se han llevado a cabo proyectos en zonas concretas como Cusco y Puno para revalorizar esos sistemas con una historia de domesticación de cultivos y animales de casi 10.000 años de historia.
Destacó la importancia de que se retribuyan los servicios ecológicos para la conservación de los recursos y la lucha contra el cambio climático, algo en lo que están trabajando.
En las alturas de los Andes, donde son típicas las terrazas, se cultiva una gran variedad de alimentos, desde patatas hasta granos nativos, raíces, legumbres y frutas a partir de unos conocimientos que hace falta conservar, al tiempo que se fortalece a las comunidades y se reduce la pobreza, indicó la directora.
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