Lectura fácil
La minería submarina es la extracción de minerales y recursos naturales del fondo del océano. Se lleva a cabo utilizando tecnologías y equipos especializados para extraer minerales como el oro, el cobre, el níquel, el manganeso y otros metales preciosos y estratégicos.
Esta actividad implica la perforación, excavación y extracción de los depósitos minerales ubicados en el lecho marino. Los minerales se extraen y se llevan a la superficie para su procesamiento y posterior uso en diversas industrias.
Sin embargo, la minería submarina plantea preocupaciones ambientales significativas. La actividad minera puede alterar y destruir los hábitats marinos, dañar los ecosistemas frágiles y afectar la biodiversidad. Además, los residuos y sedimentos generados durante la extracción pueden provocar la liberación de sustancias tóxicas y contaminar el agua circundante.
Otro aspecto preocupante es la falta de regulación y marcos legales sólidos para la minería submarina. La ausencia de normas claras y de mecanismos efectivos de supervisión y control puede dar lugar a prácticas irresponsables y a un mayor riesgo de impactos negativos en el medio ambiente marino.
Es importante considerar cuidadosamente los impactos ambientales y sociales antes de permitir la minería submarina
Se requiere un enfoque precautorio y sostenible que evalúe los beneficios y los posibles riesgos, y que priorice la protección de los océanos y la preservación de sus valiosos ecosistemas.
Por eso, la organización ecologista Greenpeace está instando a los países ricos a rechazar cualquier solicitud de licencia para la minería submarina. Consideran que esta industria emergente podría causar daños irreversibles a los océanos.
A pesar de una década de negociaciones, la ONU acordó recientemente trabajar en un Tratado Global de los Océanos que busca proteger al menos el 30 % de las aguas internacionales para 2030.
Sin embargo, Greenpeace advierte que la biodiversidad marina continúa en peligro debido a amenazas como la contaminación marina, la presencia de plásticos y microplásticos en los océanos, la destrucción de los hábitats marinos, la contaminación acústica causada por las maniobras navales y las prospecciones de combustibles fósiles, el cambio climático, la acidificación de los océanos, la sobreexplotación pesquera y ahora la minería submarina.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) se reunirá del 10 al 28 de julio para debatir sobre un "código minero" y la "regla de los dos años" que permitiría el inicio de la minería submarina a finales de 2023
Greenpeace insta a los gobiernos a garantizar el cumplimiento de las obligaciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar en lo que respecta a la protección y prevención de daños al medio marino en caso de que se presente un plan de trabajo sobre minería submarina después del 9 de julio.
En marzo pasado, los gobiernos se reunieron en Jamaica en el marco de la ISA, pero no llegaron a un acuerdo para proteger los océanos frente a esta nueva industria extractiva. Esto dejó la puerta abierta para que la empresa The Metals Company comience a operar a finales de este año debido a una normativa aprobada hace más de 30 años.
En la zona Clarion Clipperton (CCZ), que se considera el sitio de minería submarina más probable y se extiende desde Hawái hasta México en el Pacífico, se han identificado entre 6.000 y 8.000 especies desconocidas en un reciente estudio realizado por un equipo internacional de investigadores.
Además, en España, destacadas personalidades de la cultura que han defendido los océanos, como los actores Carlos Bardem y Elena Anaya, recibirán el II Premio Rayo Verde de la Academia de Cine y Greenpeace.
Estas figuras del cine, la cultura y la música han demostrado su compromiso con la protección de los océanos, incluyendo a Javier y Carlos Bardem, Alejandro Sanz, Álvaro Longoria, Jon Kortajarena, Elena Anaya, Penélope Cruz, Úrsula Corberó, Inma Cuesta, Dani Guzmán, Lucía Jiménez, Alberto Ammann, Alba Flores, Pedro Alonso, Álvaro Morte, Patricia Conde, Hiba Abouk, Cecilia Gessa, Rebeca Jiménez, Jan Cornet, José Manuel Seda, Nerea Barros y Fernando Tejero.
Marta Martín-Borregón, responsable de Océanos de Greenpeace, afirmó que "no podemos celebrar plenamente el Tratado Global de los Océanos porque ahora mismo hay muy poco que se interponga entre las maravillas naturales de las profundidades oceánicas y las máquinas mineras. Considerar siquiera la posibilidad de aprobar la minería submarina, como se presiona a los gobiernos para que hagan a partir de este mes de julio, sería criminal". Martín-Borregón añadió que "las empresas a la vanguardia de la transición ecológica ya están pidiendo que se detenga, al igual que los gobiernos desde el Pacífico hasta América Latina y Europa".
Concluyó diciendo que "ha llegado el momento de que los gobiernos pidan una moratoria de la minería de aguas profundas y envíen una señal clara, tras el histórico Tratado Global de los Océanos, de que la era de la destrucción de los océanos ha terminado".
Añadir nuevo comentario