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El príncipe Felipe, duque de Edimburgo y marido de la reina Isabel II, ha fallecido este 9 de abril en el Castillo de Windsor a los 99 años.
“Con profundo pesar, su Majestad la reina ha anunciado la muerte de su querido marido, Su Alteza Real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, ha comunicado el Palacio de Buckingham en sus redes sociales.
A punto de cumplir los 100 años el próximo mes de junio, Felipe, quien nació como príncipe de Grecia y después adoptó el apellido Mountbatten, deja viuda a la soberana de Reino Unido tras más de 73 años de matrimonio, cuatro hijos en común, ocho nietos y once bisnietos, dos de ellos en camino.
El marido de la reina Isabel II pasará a la historia como el hombre que caminaba varios pasos detrás de su esposa
Felipe de Edimburgo vivió como una humillación el que sus hijos no llevaran su apellido, por recomendación de Winston Churchill. Presidió 800 organizaciones en su papel de consorte, pero los actos oficiales le aburrían y era conocido por sus desplantes y comentarios fuera de tono.
Fotografiado en miles de ceremonias, nunca dejaba la habitación antes que la soberana lo hiciera. De profesión consorte, figurar en segundo plano durante el más largo reinado en la historia de Inglaterra ha sido su papel en la vida. Una misión marginal, para quien no fue ni padre amantísimo, ni marido fiel, ni tampoco el hombre de acción que presumía en su muy lejana juventud.
“No puedo aguantar mucho más”, declaró en tono irónico, cuando en mayo del 2017 anunció la jubilación y el fin de las tareas oficiales. Había participado, según el balance que se publicó entonces, en 22.000 compromisos públicos y había pronunciado más de 5.000 discursos. Era el resumen de siete décadas de ‘servicios’ a la Corona, por el que su esposa se decía reconocida. Considerado durante largo tiempo como un intruso extranjero, los británicos le toleraron, aunque no apreciaron las salidas de tono, su talante mal encarado y arrogante. Con los años se había convertido en una figura de otra época, un fantasma del pasado.
Felipe de Edimburgo, que antes fue Felipe de Grecia y Dinamarca, ha formado parte del matrimonio más longevo de la realeza
Se casó con Isabel cuando esta todavía era princesa, en 1947, cinco años antes de que falleciera Jorge VI y su hija subiera al trono.
Juntos tuvieron cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo, que les han dado ocho nietos (dos cada uno: Guillermo y Enrique; Zara y Mike; Beatriz y Eugenia; y Jacobo y Luisa) y nueve bisnietos -y otro en camino de Meghan y Harry-, además de una larga vida pública en común.
Fue el 17 de febrero cuando el duque de Edimburgo ingresó en el hospital Edward VII
El pasado 1 de marzo el marido de la reina Isabel lo abandonaba tras haber estado allí durante casi dos semanas para ser admitido en el St. Bartholomew's Hospital. Allí no solo siguió con la medicación que se le administraba para tratar la infección de la que Buckingham informaba en un principio, sino que además se le hicieron diferentes pruebas para detectar una afección cardiaca preexistente.
Este es el motivo por el que fue trasladado de centro, ya que el St. Barth Hospital es uno de los principales del país especializados en cardiología.
Hay que recordar que ya en 2011 fue tratado para solucionarle el bloqueo de una arteria coronaria, lo que podría hacer que el equipo médico esté especialmente preocupado por su corazón.
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