Las 5 increíbles curiosidades que seguro no conocías del Museo del Prado

Desde la glorieta de Carlos V en el centro de Atocha, en Madrid, se vislumbra una edificación enorme y señorial, cargada de árboles y vegetación. Es el Real Jardín Botánico, la antesala al museo más importante de España y a uno de los más reconocidos del mundo: El Museo del Prado. Con una enorme extensión de piedra blanquecina, estructuras rígidas pero señoriales, que te evocan otras épocas, este edificio inaugurado como museo en 1819, guarda una de las colecciones de arte más preciadas.

Las 5 curiosidades del Museo del Prado que no te dejarán indiferente

Con más de dos siglos de vida, es lógico que el Museo del Prado guarde algo más que obras pictóricas de inmenso valor, esculturas únicas y gran parte de la cultura de España, sino también otro tipo de condimentos que lo hacen aun más especial. Para poder conocer un poco más de este grandioso museo, hoy te traemos 5 curiosidades que seguramente no conocías sobre él:

200 años se quedan cortos

Se quedan cortos para hablar sobre la historia del Museo del Prado, ya que abrió sus puertas hace exactamente 204, aunque aún debemos remontarnos un poco más para sus inicios. En 1785, Juan de Villanueva fue el visionario que plasmó sobre el papel el edificio que hoy alberga al museo. Pero no sería hasta la llegada de Fernando VII cuando se pusiese al servicio del público como museo, en noviembre de 1819.

Una 'fake news' para salvar el museo

El uso de 'fake news' raramente se hace para conseguir algo positivo, aunque en el caso del Museo del Prado así fue. Terminando el XIX, un diario popular de la época, el de Mariano de Cavia, se hizo eco de la noticia de que el museo había experimentado un terrible incendio. Esto llamó la atención del Estado y se iniciaron una serie de procesos de restauración del edificio.

La trampa se encuentra en que nunca existió tal incendio, pero el museo se encontraba tan deteriorado por fuera, que nadie dudó de que así había sido, tampoco teniendo en cuenta que por aquel entonces, los trabajadores del museo vivían en el y hacían hogueras en algunas salas para calentarse.

Más de un millar con los que otros no podrían

No es por presumir, pero lo cierto es que este museo tiene mucho por lo que acomodarse la melena y una de estas razones es por la colección de más de 1.100 obras pictóricas con las que cuenta, muchos de ellos a buen recaudo en las bodegas a la espera de una nueva exposición. También es más que curioso señalar que en su interior se guardan otras 27.500 obras artísticas de diferente naturaleza.

Armas de fuego antiguas, medallas únicas, fotografías históricas, dibujos, grabados y un largo etcétera, componen una colección para la que harían falta al menos 25 museos de tamaño estándar para exponerlos.

El malagueño más famoso como su director

Pablo Picasso ha destacado por su gran aporte a la historia del arte global. Este reconocimiento, del que ya gozó en vida, le valió para que el presidente de la segunda República en España, Manuel Azaña, le nombrase como director del Museo del Prado en septiembre de 1936.

Un cargo que sin duda el pintor aceptó, pero que por desgracia no pudo ejercer durante demasiado tiempo debido al estallido de la Guerra Civil. Sin embargo, su trabajo fue primordial ya que consiguió poner a buen resguardo importantes obras del museo para protegerlas de los ataques.

Si llovía mejor desistir de visitarlo

¿Quién tendría el valor de decirles a la larga de turistas y visitantes que se apostilla en el Museo del Prado que han aguantado la lluvia para nada? Bueno, eso es lo que les pasaba a los visitantes que acudían al museo en los primeros años de apertura, cuando solo había 2 o 3 veces a la semana y cerraba sus puertas cada vez que llovía. El principal motivo para ello era evitar aglomeraciones y que los espacios se ensuciases. ¿Qué dirían hoy en día sus primeros trabajadores y directores si viesen los nuevos horarios y la cantidad de personas que lo visitan a diario?