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México esta atravesando una de las peores crisis de desaparecidos de América Latina. Según las cifras del Gobierno mexicano, más de 61.000 personas han desaparecido en poco más de una década, debido al terror del narcotráfico.
Desde los 40.000 desaparecidos contabilizados en abril de 2018, se ha dado un incremento. Lo que significa que, según Karla Quintana, responsable de la comisión nacional de investigación, “Estos son datos de horror y detrás de ellos hay historias y relatos de gran dolor para las familias, tanto dentro de la nación como entre los inmigrantes”, remarcó Karla Quintana, durante la presentación esta semana del nuevo recuento.
Ni los 36 años de guerra civil en Guatemala, que concluyó en 1996 con 40.000 personas en paradero desconocido, ni la despiadada dictadura militar en Argentina, unos 30.000 que no dejaron rastro, llegan a alcanzar las trágicas cifras de México, un país que oficialmente no está ni ha estado en guerra en décadas recientes.
Más de la mitad de desaparecidos por el narcotráfico tienen entre 15 y 34 años de edad, y el 74% de estos eran hombres
El Ejecutivo del presidente Andrés Manuel López Obrador publicó este hallazgo después de realizar una serie de análisis exhaustivos de la información recopilada por la Fiscalía estado por estado.
Si bien hay casos que se remontan a 1964, Quintana subrayó que el 97% de las desapariciones se han producido a partir del 2006, momento en el que el presidente Felipe Calderón lanzó la guerra contra los cárteles de la droga.
López Obrador accedió al Gobierno hace poco más de un año con la promesa de cambiar radicalmente la política en la lucha contra el narcotráfico. Su lema de “abrazos en lugar de balas” no parece haber dado resultados favorables.
En el 2018 hubo 9.000 personas a las que forzosamente se sometió a “evaporación”, dijo Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos. Durtante este primer año de Gobierno, las autoridades han registrado 500 terrenos, lo que ha conducido al descubrimiento de unas 800 fosas clandestinas con al menos 1.124 cuerpos. Quintana matizó que el recuento de fosas asciende a 3.631 desde el 2006.
El triángulo dorado, donde más presencia tienen los narcos, son los lugares más afectados
La mayoría de las desapariciones se ha producido en diez estados donde los narcos disponen de gran presencia, sobre todo en el llamado “triángulo dorado”, el cuál esta formado por Chihuahua, Sinaloa y Durango, al noroeste. Más de la mitad son jóvenes de 15 a 34 años, y el 74% hombres.
Esta cifra no hace más que resaltar la extrema violencia de la década en México. Los homicidios ascendieron este pasado 2018 a 31.000, una cifra récord.
Hasta ahora, los gobiernos mexicanos mantenían en cierto sentido, una actitud de negación de la magnitud del problema de los desaparecidos. Sin embargo, López Obrador se ha marcado este asunto como una prioridad.
La publicación revisada de esos números demuestra la profunda crisis que representa la desaparición de personas y el paso adelante que supone no esconder la magnitud de la violencia que supone el narcotráfico.
Dicha publicación puede contribuir a rebajar las críticas que este Ejecutivo de izquierdas lanzó, por aquellos que consideran que encaraban la lucha contra el narcoterrorismo sin las medidas de seguridad adecuadas.
Pero por otro lado, las imágenes de los narcos derrotando a los militares y policías para liberar a uno de los hijos del Chapo, tras ser detenido en una casa de Culiacán, han dejado en muy mal lugar a la política conciliadora de López Obrador.
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