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La Navidad es un momento de relajarse, de hacer planes para el año siguiente, de tomar chocolate con churros, de hacer regalos, de esperar a los Reyes Magos. Y también de comer. Las cenas y comidas navideñas pueden ocasionar disputas, especialmente en aquellas de familias muy numerosas, en las que los cuñados y consuegros se multiplican.
Dónde comer en Navidad
Uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta es el grado de necesidad de comer en todas las casas del seno familiar. Es posible que debido a una situación concreta, bien sea por una peor situación económica, el miedo a contagiarse por Covid o por falta de tiempo, un miembro de la familia tenga que perderse un evento familiar. Si no se puede, no hay que forzar.
¿Quién cocina?
También hay que tener en cuenta el reparto de tareas, tan necesario como las doce uvas. No es justo que una sola persona tenga que hacerlo todo. Ya solo el hecho de hacer la compra para tantas personas supone un estrés. Si a esto añadimos cocinar, servir y limpiar, la Navidad no acaba siendo algo ecuánime sino un gozo para unos pocos. Es importante recordar que la igualdad no ha de aplicarse solo en las instituciones, sino también en la familia.
Mascotas
No a todo el mundo le gusta las mascotas. Algunos incluso sufren alergia. Si este año se ha incorporado un perro o gato a la familia, quizás haya que cambiar la habitual reunión de Navidad en este hogar con tal de que un primo, tío o hermano no lo pase mal. Por otro lado, la propia mascota también cuenta. Si es un cachorro, es hasta recomendable mezclarle con gente para que se habitúe al cariño humano. Si es un perro gruñón ya mayor, lo mejor es no someterle a una situación que le incomode. Y siempre hay que recordar no darles comida humana a riesgo de que se intoxiquen.
Alergias y dietas
Antes de comprar un cochinillo o una tarta de almendras, conviene asegurarse de que todo el mundo podrá disfrutar del menú. Si hay un miembro vegetariano o alérgico a los frutos secos, le haremos un favor ofreciéndole una alternativa y también de paso no desperdiciaremos comida, uno de los males presentes hoy en día en el mundo occidental. Si bien Navidad se presta a los platos tradicionales, cambiar el menú dará un toque de sorpresa a las fiestas.
Parejas
No todas las parejas gustan de celebraciones, especialmente si se acaban de conocer. Si bien a nadie le amarga un dulce, hay celebraciones que se le pueden atragantar a un invitado si este no está habituado a una tradición o no conoce demasiado a la familia. Lo mejor es ser abiertos y dejar en su tejado la opción de acudir. Lo mismo sucede con la asistencia a todas las citas. Encajar el trabajo con Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Reyes no es fácil, por lo que hay que asumir que no todos pueden estar en todas las celebraciones.
Regalos
Los regalos son de los momentos más memorables de la Navidad. Asegurar la talla de zapato, de jersey, de gustos, no regalar un libro que la persona ya tiene o no resultar repetitivo son algunos de los gestos a tener en cuenta al respecto. Asimismo, cabe tener presente el respeto por el medio ambiente y acordarse de que los regalos también pueden ser sostenibles.
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