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Novak Djokovic (no, no vamos a hacer juegos de palabras con su nombre) ha quedado liberado de aquella cancelación de su visado. Se abre un halo de esperanza para el tenista serbio mientras, mañana se decidirá si finalmente le deportan o no. La decisión pasa de Anthony Kelly, el juez que ha frenado su cuarentena, a Alex Hawke, el ministro de inmigración australiano que puede cancelar personalmente su visa.
Novak ha reconocido que no está vacunado. ¿No es eso suficiente para terminar cualquier tipo de discusión fanática? Si no estás vacunado, no juegas. Sorprende que Djokovic haya encontrado tanta comprensión en el país que se confinó durante más de 200 días, es decir, casi un año entero porque pensaron que podrían llegar a doblegar al Covid y conseguir un indicador 0.
Novak Djokovic y el triunfo de los antivacunas
El triunfo momentáneo de Novak Djokovic hace latente el triunfo de otros “antis” que han sido tachados de frikis en los últimos tiempos. Personajes como Miguel Bosé, con su voz ronca y carcomido como si fuera un retrato o el curandero Josep Pamies. De esta supuesta moda de defender a los antivacunas no se libra ni Paz Padilla que acudió a Oritrón. ¿Por qué nos afanamos en defender a personajes como Novak Djokovic? ¿Qué tengan más dinero que cualquiera de los mortales les libra de cumplir las normativas que marcan los países para entrar?
“Soy Novak Djokovic y he viajado a Australia para disputar el Open de Australia, el primer Grand Slam del año”. Más o menos con esas palabras se dirigió a los policías que le interrogaban en el Aeropuerto de Melbourne. Además, admitió no estar vacunado. ¿Por qué Novak Djokovic si y yo no? ¿Qué nos diferencia a ambos? Somos caucásicos y europeos pero, lo único que nos diferencia es la cantidad de ceros que hay en nuestra cuenta bancaria.
Primer match ball para Djokovic: queda convencer a inmigración
Djokovic ha ganado su primera batalla pero no deja de ser convencer al juez aunque, la patata caliente pase al ministro de Inmigración. Es un triunfo a medias ya que, la última decisión está en manos de Alex Hawke. ¿Qué mensaje mandaría el gobierno australiano si permite competir al tenista serbio que no se ha vacunado ni planea hacerlo frente a un país donde se han acatado todas las normativas sanitarias?
Más allá de todo ello, habrá que preguntarse si el resto de competiciones se merecen esta batalla entre organización del torneo y el país competente. ¿Qué pasaría si esto ocurriera en Roma, Madrid o París? Pues en París, no hay mejor respuesta que la de Emmanuel Macron que, planea “joder a los no vacunados” o en España, donde el pasaporte Covid se ha convertido en la realidad de cada día no solo para tomar un café si no para coger un vuelo. Eso, y además rellenar el SPTH. Show must go on, NoVac!
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