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Los análisis clínicos tienen cada vez más peso en la investigación, la prevención, el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, como, por ejemplo, la obesidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de sobrepeso infantil y juvenil en España es de un 14,2 %, siendo esta una de las más altas de Europa.
El sobrepeso afecta a 4 de cada 10 niños y a 3 de cada 10 adolescentes en España
Este 4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad, se destaca la preocupación por el sobrepeso infantil en la sociedad, una tendencia preocupante que va en aumento en los últimos años.
Según la última Encuesta Europea de Salud en España del año 2020 del Instituto Nacional de Estadística, el 28 % de niños y jóvenes de entre 2 y 17 años padece sobrepeso, estimando que hay más de 2 millones de niños en esa situación.
Por otro lado, se aproxima que alrededor del 16,5 % de hombres de 18 o más y un 15,5 % de mujeres, que conforman la población adolescente, padecen obesidad. Los números de casos siguen aumentando año tras año, alertando cada vez más de la urgencia de tomar medidas para frenar este fenómeno y evitar una juventud con problemas graves.
Del resultado del análisis depende el diagnóstico final y tratamiento que será administrado al paciente, por lo que el servicio ofrecido por parte del profesional debe ser integral y totalmente preciso. “El análisis es de las pruebas más básicas, completas y rápidas que permiten realizar un seguimiento de nuestro estado y detectar cualquier anomalía”, relevan los especialistas del Centro Europeo de Másteres y Postgrados (CEMP), que recomiendan a los pacientes que se realicen un análisis clínico al menos una vez al año.
Indicadores para entender un análisis clínico para el diagnóstico y tratamiento de la obesidad infantil
La obesidad infantil es un problema de salud preocupante, ya que se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer en la edad adulta. Por ello, los expertos de CEMP revelan que los análisis clínicos pueden ser una herramienta clave en el diagnóstico y tratamiento de este problema, puesto que permiten observar:
- Medir el Índice de Masa Corporal (IMC): Un IMC de 30 o más se considera obesidad. El IMC es una medida de la relación entre el peso y la estatura del niño que se debe revisar anualmente para determinar los riesgos generales para la salud y los tratamientos apropiados.
- Análisis de sangre: Los análisis de sangre pueden ayudar a detectar problemas como niveles elevados de colesterol, triglicéridos y glucosa en sangre, que pueden estar relacionados con el sobrepeso aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.
- Análisis de orina: Los análisis de orina pueden ser útiles para detectar problemas relacionados con la función renal y la salud metabólica.
- Antecedentes médicos: El historial de peso, los hábitos de actividad física y ejercicio, los patrones de alimentación, los niveles de estrés y el historial familiar son indicadores que pueden aportar información de interés para conocer la predisposición a determinadas afecciones.
- Realizar un examen físico general: Esto incluye la estatura, los signos vitales como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura, escuchar el corazón y pulmones, y examinar el abdomen.
La importancia de formación en el sector clínico
“La obesidad infantil es una enfermedad cada vez más visible, pero cuya prevención no se trabaja cómo se debería, ya que a nivel gubernamental se prometen medidas preventivas que de momento no llegan de forma eficaz. Para ello, desde el ámbito educativo deberíamos inducir con educación nutricional que fomente el desarrollo de hábitos de vida saludable, además de mejorar la relación con los alimentos y la alimentación en general”, afirma Alejandro Torres, graduado en nutrición humana y dietética y parte del equipo docente del Máster en Nutrición, Pedagogía y Enfermería Escolar en CEMP.
La ciencia ha avanzado tanto que hoy en día ya es posible obtener un diagnóstico acertado en las primeras etapas de la enfermedad, por lo que la necesidad de profesionales formados y cualificados es cada vez más urgente.
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