Héctor Francisco Álvarez ha sido fanático de los videojuegos durante toda su vida. Es por esto que decidió combinar su hobby con su carrera al armar un dispositivo para que personas con discapacidad puedan jugar videojuegos.
Una pieza audiovisual que retrata la fuerza y el amor de una madre. El tesón y la angustia de un hijo con sordoceguera, una discapacidad olvidada en España.