24/03/2022 - 07:31
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Los pacientes con ELA suelen comunicarse a través de la mirada tal y como hace Jordi Sabaté en las redes. Sin embargo, una nueva investigación permite que estos pacientes con ELA se comuniquen con otras personas a través de un dispositivo interfaz cerebro-computador.
El paciente en el que se ha probado esta innovación es un hombre con 34 años. Sufre un bloqueo total y para comunicarse recibe señales a través de este dispositivo.
Otros trabajos, anteriores a este, permiten a los pacientes de ELA comunicarse a través del movimiento de los ojos o de los músculos.
El equipo liderado por Jonas Zimmermann, neurocientífico del Centro Wyss de Ginebra, recurrió dispositivos de retroalimentación auditiva (neurofeedback), que consisten en el uso de dos microelectrodos intracorticales implantados quirúrgicamente en la corteza motora.
Los resultados de esta persona servirán al resto de pacientes de ELA
El paciente de 34 años fue uno de los principales participantes del estudio que permitió a los pacientes con ELA avanzar en su tratamiento. El trabajo que se ha hecho durante 2 años ha permitido que el varón estudiado haya realizado diferentes movimientos, señales cerebrales que son detectadas por los microelectrodos y después descodificadas por un modelo de aprendizaje automático en tiempo real.
El implante cerebral comienza a testear las señales que se atribuyen con un significado de sí o no. El sujeto es capaz de elegir, tras identificar el tono y la frecuencia del "feedback", entre el "sí" o el "no" para confirmar o descartar una letra.
El neurocientífico Jonas Zimmermann ha afirmado que “se ha logrado una comunicación exitosa a través de BCIs en personas con parálisis. Pero creemos que nuestro estudio es el primero que logra una comunicación en sujetos que han perdido toda la capacidad de movimiento y, por tanto, este BCI es su único medio de comunicación”.
Fundación Luzón ha celebrado el avance que se ha producido
Desde Fundación Luzón han valorado positivamente esta noticia. La presidenta ejecutiva, María José Arregui Galán, ha recordado que este tipo de estudios ya se habían realizado en pacientes con ELA.
Este paciente había perdido la funcionalidad de la musculatura ocular y la agudeza visual, lo que imposibilitaba el uso de los sistemas de repetición habituales, basados en el movimiento del iris. El paciente lleva sin comunicarse desde 2019 y ha tardado 15 meses en recuperar las funciones comunicativas.
La tecnología está al servicio de la salud una vez más
Los avances tecnológicos siempre son positivos y más si tienen que ver con la salud. En este caso, la tecnología trata de mejorar la calidad de vida de los pacientes con ELA.
En vez de comunicarse con la mirada, como hace Jordi Sabaté para recaudar fondos para la investigación de esta patología, las personas afectadas podrían tener acceso a este implante cerebral y derribar las barreras de comunicación que tienen actualmente.
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