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El mundo se enfrenta a un reto monumental en la lucha contra el cambio climático, según un estudio reciente realizado por Jefim Vogel, del Instituto de Investigación sobre Sostenibilidad de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, y Jason Hickel, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona en España.
Este estudio, publicado en la revista ‘The Lancet Planetary Health’, arroja luz sobre la situación de 11 países ricos que lograron lo que se conoce como ‘crecimiento verde’ en los últimos años. Este término se refiere a la mejora de sus economías sin aumentar sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, la realidad que revela este estudio es alarmante.
A pesar de su crecimiento económico aparentemente sostenible, estos 11 países ricos se encuentran en un camino que podría llevarlos más de dos siglos para reducir sus emisiones de carbono a niveles cercanos a cero. Además, sorprendentemente, emitirían más de 27 veces la cantidad de carbono que se les permite en el presupuesto global para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento global a menos de 1,5 grados Celsius en comparación con la era preindustrial.
Los 11 países ricos que lograron el 'Crecimiento Verde'
Entre los países que destacan en este análisis de 'crecimiento verde' se encuentran Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido y Suecia.
Estas naciones aparentemente han conseguido desvincular su crecimiento económico de un aumento paralelo en las emisiones de CO2 entre 2013 y 2019.
El estudio arroja una sombra de duda sobre las afirmaciones políticas que alaban el 'crecimiento verde' en estos países ricos.
El engaño del 'Crecimiento Verde'
Los autores del estudio hacen hincapié en que llamar 'crecimiento verde' a estas reducciones de emisiones insuficientes es engañoso. Jefim Vogel destaca que el crecimiento económico continuo en países ricos va en contra del objetivo de evitar un colapso climático catastrófico y de defender principios de equidad que protejan el desarrollo en países de bajos ingresos.
El estudio compara las tasas de reducción de emisiones futuras en estos 11 países ricos con las necesarias para cumplir con las disposiciones del Acuerdo de París en relación con su 'participación justa' basada en la población en el presupuesto global de carbono. Con el ritmo actual, llevaría más de 200 años para que sus emisiones se acerquen a cero y emitirían más de 27 veces su cuota justa de carbono para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius.
La brecha entre las reducciones de emisiones logradas y las necesarias para cumplir con el Acuerdo de París es significativa. Mientras que las reducciones entre 2013 y 2019 fueron del 1,6 % anual en estos 11 países, se necesitarían tasas de reducción anuales del 30 % para 2025. Incluso el país con mejor desempeño, el Reino Unido, tendría que quintuplicar sus reducciones de emisiones para cumplir con estos objetivos.
El llamado al 'poscrecimiento' y medidas propuestas
Ante esta situación, los autores instan a los responsables políticos a alejarse del crecimiento económico como objetivo central y priorizar la sostenibilidad ecológica, el bienestar y la justicia como objetivos de desarrollo. Proponen reducir la producción y el consumo innecesarios y altamente emisores de carbono, aplicar impuestos sobre el patrimonio y límites máximos de ingresos para reducir las desigualdades, mejorar la eficiencia energética, promover energías renovables y políticas de empleo verde, y fomentar un cambio hacia modos de transporte más sostenibles, como el transporte público y las bicicletas.
Mientras los países ricos enfrentan este desafío, se destaca que las naciones más pobres tienen menores emisiones per cápita y pueden mantenerse dentro de sus cuotas de carbono, incluso mientras buscan un desarrollo humano sostenible. Ejemplos como los de Uruguay y México muestran que es posible avanzar en esta dirección.
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