Lectura fácil
Laura Caño, una joven con parálisis cerebral que utiliza un lector ocular para comunicarse, está decidida a seguir estudiando.
Este año cursará su último año de Educación Secundaria y tiene la intención de continuar con Bachillerato, con la vista puesta en la universidad.
Elisabetta Bertola, experta en comunicación asistida, señala que el apoyo educativo disminuye a partir del Bachillerato, cuando la educación deja de ser obligatoria. Según el Ministerio de Educación, en el curso 2022-23 hubo 262.732 estudiantes con necesidades educativas especiales, de los cuales menos del 1 % llegó a inscribirse en Formación Profesional Superior o Bachillerato.
El poder de la tecnología inclusiva
Elisabetta Bertola, especialista en Comunicación Aumentativa y Alternativa (CAA), destaca que sistemas como el lector ocular permiten a estudiantes con dificultades comunicarse y participar plenamente en el sistema educativo.
Laura Caño, que nació con parálisis cerebral, ha utilizado este dispositivo desde los cuatro años para comunicarse y estudiar.
Pese a tener una discapacidad reconocida del 85 %, Laura mantiene un excelente rendimiento académico y espera ser la primera andaluza con parálisis cerebral en completar la ESO.
Su pasión por los estudios se traduce en un expediente académico intachable con el que llega dispuesta a empezar el último curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Después le gustaría proseguir, cursando Bachillerato. De continuar con esta progresión, todos confían en que se convierta en la primera andaluza con parálisis cerebral que se gradúe en Educación Secundaria.
Una escuela inclusiva es posible en España en parte “gracias a la tecnología de dispositivos de seguimiento ocular” y a comunicadores que “están 100 % subvencionados por la Sanidad Pública”, explica Bertola.
Esto es así en lo que se refiere a la Educación Obligatoria, pero cuando los niños con discapacidad crecen y alcanzan la etapa del Bachillerato “al no ser una formación obligatoria, no están adaptados los materiales, ni el profesorado ni las aulas, lo que les imposibilita también tener acceso a una formación superior de grado o universitaria”
Desafíos en la educación superior
Aunque dispositivos como los lectores oculares ayudan a niños con parálisis cerebral a progresar en su educación, Bertola destaca que las barreras aumentan en los niveles educativos superiores, como el Bachillerato y la universidad.
Al no ser educación obligatoria, los apoyos y adaptaciones necesarias suelen desaparecer, lo que contribuye a una mayor tasa de abandono escolar en estudiantes con discapacidad. Sin embargo, programas como UniDiversidad de Fundación ONCE y las ayudas Reina Letizia buscan facilitar el acceso a la educación superior y al mercado laboral para jóvenes con discapacidad.
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