Tiempos felices: Amor y parejas sin ataduras. Viviendo separados, pero juntos en la felicidad

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas en la Encuesta Social General Española de 2018, en España no hay estadísticas oficiales periódicas que registren las parejas que eligen vivir separadas. Sin embargo, se recopiló información que reveló que el 7,2 % de ellas en ese momento se encontraban en esta situación.

Un estudio titulado "La gestión de la intimidad en la sociedad de la información y el conocimiento. Parejas y rupturas en la España actual" de la Fundación BBVA, publicado el año pasado, proporciona algunas aproximaciones sobre este fenómeno.

El amor sin convivencia: una opción válida en las relaciones de las parejas

En España, no existen estadísticas oficiales que registren el número de parejas que eligen vivir separados. Sin embargo, según el estudio "La gestión de la intimidad en la sociedad de la información y el conocimiento.

“Parejas y rupturas en la España actual” de la Fundación BBVA, se ha identificado que estas presentan una diversidad de circunstancias. El informe revela que la edad media de estas es de 42,3 años, un tercio de ellas provienen de una separación o divorcio anterior, y el 46,5 % cuenta con estudios universitarios.

El tipo de pareja con elecciones no convencionales se encuentran dentro de un amplio abanico de situaciones que reflejan los cambios sociales de las últimas décadas, especialmente entre la población más joven. Sin embargo, estas elecciones no están exentas de críticas, especialmente a medida que se avanza en edad.

Algunas personas considerando que la no convivencia es falta de compromiso y egoísmo, ya que va en contra del concepto clásico de pareja basado en el amor romántico y la idea de compartir una vida en común.

¿Un cambio relacionado con el feminismo?

Según los expertos, este cambio en las relaciones de pareja está vinculado al feminismo y refleja la capacidad de autosuficiencia de cada miembro de la pareja. Las mujeres están dejando de asumir el papel tradicional de apoyo emocional y cuidado, y optan por formas de relación más independientes.

Un análisis realizado por 40dB para EL PAÍS revela que solo uno de cada diez encuestados considera que es mejor no convivir, y las mujeres muestran una preferencia mucho mayor por esta opción. A medida que aumenta la edad, las mujeres de la generación baby boomer rechazan tres veces más la convivencia que los hombres de su misma generación.

En España, el porcentaje de parejas que eligen no convivir es bajo en comparación con otros países europeos, debido a la influencia de la cultura familiar y religiosa. Sin embargo, esta tendencia está cambiando pronto.

La experta en feminismo y amor romántico, Coral Herrera, destaca que la convivencia puede llevar a las mujeres a cumplir con los roles históricamente asignados, y elegir otra forma de relación desafía los mitos de la feminidad tradicional. Además, rompe con el miedo a la soledad que muchas mujeres enfrentan y pone énfasis en el autocuidado y evitar relaciones abusivas.

En este nuevo modelo de relaciones, es fundamental encontrar una pareja comprometida con el cambio y que valore la igualdad. Para muchas mujeres, esta opción resulta más positiva que para los hombres, a menos que encuentre una pareja comprometida con la transformación de los roles tradicionales. En estas relaciones, se fomenta la individualidad, la igualdad y el compartir sin limitar la libertad personal de cada uno.

El cambio en las relaciones de pareja: hombres aprendiendo a relacionarse y cuidar

Según la autora Mona Chollet, el crecimiento de las unidades familiares compuestas por una sola persona en las últimas décadas señala un aumento de los lazos negativos y la incapacidad de establecer relaciones duraderas.

Según Chollet, la elección de vivir separados puede romper con la estructura social que explota la fuerza laboral de las mujeres. Esta idea se refleja en la frase de Carmen a Hilario, que resume el cambio en las parejas que optan por vivir en domicilios separados y rechazan la idea de volver a asumir roles tradicionales en la convivencia.

En resumen, este cambio en las relaciones de pareja implica que los hombres deben aprender a relacionarse y cuidar, mientras que las mujeres han logrado su autonomía. La elección de vivir separados desafía los roles de género tradicional y puede tener un impacto significativo en la estructura social y laboral.