En España y en el sur de Europa, es habitual que los hijos adultos vivan con sus padres hasta los 30 años. Un estudio revela que esta convivencia puede afectar negativamente el bienestar de los padres.
En España, alrededor del 7,2% de las parejas eligen vivir separadas. Este cambio está relacionado con el feminismo y refleja la autonomía de cada miembro de la pareja.
Más de la mitad de la población española no quiere convivir con problemas de salud mental, es decir, rechazan vivir con personas que tengan esos problemas.
Esta celebración es una fecha propicia para difundir la importancia de los valores éticos y espirituales del ser humano y fomentar la armonía en la convivencia social.