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Roma, 14 nov (EFE).- Los pastores de Chad, Sudán y Sudán del Sur están adoptando nuevos mecanismos de adaptación a la variabilidad del clima y los conflictos, que se suman a los que ya tenían, según un estudio presentado hoy en Roma.
La investigadora de la Universidad estadounidense de Tufts Helen Young subrayó en una charla que tradicionalmente los pastores en zonas fronterizas de esos tres países han realizado una migración de norte a sur y viceversa en función de las estaciones del año.
Un estudio de esa institución analiza los desplazamientos habituales en busca de pastos y alimentos que siguen esos grupos seminómadas del Estado sudanés de Darfur hacia Sudán del Sur al final de la estación cálida y seca, entre febrero y marzo, para luego volver al norte.
"Tienden a pasar muy rápido por las zonas agrícolas para reducir el riesgo de dañar los cultivos y no entrar en conflicto con los agricultores, a quienes ofrecen abono para sus tierras y productos animales" en sus intercambios comerciales, comentó Young.
Si antes había años "buenos" en los que no faltaban las lluvias y que compensaban las épocas de carestía, cada vez se observa más la acumulación de estos últimos periodos, lo que repercute en un aumento del hambre y de los brotes de enfermedades.
Young detalló que los picos de violencia entre comunidades suelen coincidir con el final de la estación cálida y seca, cuando la actividad de los pastores es menor y su supervivencia se hace más difícil.
"Los tiempos de recuperación difieren y están relacionados con la persistencia de las crisis y la combinación de factores", aseguró la profesora, que puso de ejemplo la hambruna que experimentó la región en la década de 1980 tras años consecutivos de sequía.
Además de poner en marcha comités de reconciliación para resolver disputas, Young mencionó que los pastores están ejerciendo nuevas maneras de afrontar las crisis que van desde la comercialización de otros recursos naturales hasta el cultivo de tierras, de lo que se encargan principalmente las mujeres.
Los trabajos temporales, la migración y la concentración del pastoreo en zonas más reducidas libres de conflictos son otras de las alternativas que han encontrado, aunque esto último es motivo de desertificación.
Según la experta, la agricultura y la ganadería son "fundamentales" para la recuperación de esas poblaciones ante las crisis y el reconocimiento de su contribución económica por parte de los gobiernos puede ayudar a los pastores a encarar mejor las negociaciones para acceder a los territorios de países terceros.
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