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El Barça se ha plantado en el parón por selecciones con aspiraciones serias al título de Liga. Y no solo eso, sino que también se ha clasificado para la final de Copa del Rey. Un contexto que parecía completamente utópico unas semanas atrás, cuando el sentimiento que imperaba en el barcelonismo era el de la resignación y el derrotismo. El FC Barcelona se encuentra actualmente a cuatro puntos del líder, el Atlético de Madrid, al que le espera un calendario muy exigente en la competición nacional. El conjunto catalán es quien está practicando un fútbol más virtuoso con relación a los equipos que ocupan la zona alta de la tabla; un club en crecimiento que sublimó su juego en el partido disputado en Anoeta: 6 goles en el campo de la Real Sociedad, un estadio maldito para los intereses azulgranas, un feudo donde últimamente casi siempre se habían dejado puntos. La consolidación y eclosión del joven talento azulgrana ha modificado diametralmente la ambición del club. Un año que se esperaba de transición ha acabado con el Barça aspirando a un doblete, liderando todas las predicciones y encarando los partidos con moderado optimismo.
El arquitecto de esta resurrección a todos los niveles ha sido Ronald Koeman
El técnico holandés ha sido muy discutido en algunos tramos de la temporada, pero su clarividencia a la hora de tomar decisiones valientes es digna de elogio. Uno de sus sellos personales ha sido el de poner sobre el terreno de juego a una gran cantidad de jugadores jóvenes, nombres propios con un futuro brillante. Se necesita valentía para ejecutar este movimiento, solo hay que ver la filosofía de los dos técnicos que la han precedido. Valverde y Setién decidieron olvidarse de la meritocracia y condenar a los jóvenes al ostracismo. Koeman, en cambio, ha querido dejar este legado para el futuro del Barça, club al que profesa una estima total. Entre todos los jugadores que no superan la veintena hay uno que destaca por encima del resto: Pedro González, conocido con el nombre de Pedri. Es muy difícil convertirte en dueño y señor del centro del campo culé con solo 18 años. El jugador canario lo ha conseguido, y se ha convertido en un hombre trascendental en el juego azulgrana.
Aunque el jugador fue formado en el fútbol canario, parece que haya cumplido 10 años de militancia en la Masía, centro de formación de jugadores barcelonistas. Pedri se estrenó en el fútbol canario con la camiseta de la U.D. Tegueste, club de su municipio natal. En su segundo año de categoría juvenil se incorporó al Juventud Laguna, hecho que tuvo lugar en 2015. En 2018 todo pudo cambiar, ya que pasó por una prueba de fuego con relación a su futuro: se probó con el Real Madrid. Como el destino es caprichoso, su traspaso no terminó de concretarse, una decisión que seguramente escuece mucho a los dirigentes madridistas. El jugador ha reiterado en más de una ocasión que siempre había sentido amor por los colores azulgranas. Hay varias fotografías del jugador acicalado con la camiseta del club catalán. De hecho, en una entrevista reciente explicó que cuando llevaba el escudo del Madrid en las pruebas que hemos mencionado anteriormente había algo que "no iba bien."
En el año 2018, la U.D. Las Palmas fue a por todas para intentar fichar al jugador y lo acabó consiguiendo. A pesar de su precocidad, debutó con el primer equipo en el verano de 2019. Fue el jugador más joven en disputar un duelo con la institución insular el 18 de agosto de 2019. El 19 de septiembre del mismo año rompió otro récord al conseguir marcar un gol. Su irrupción en el fútbol español llamó la atención de varios clubes, entre ellos, el FC Barcelona. Los encargados de gestionar el fútbol profesional culer fijaron sus ojos en la joven perla canaria. Tras una serie de negociaciones ejecutadas con cierta celeridad, se incorporó a la disciplina azulgrana el 2 de septiembre de 2019, aunque se acordó que la transferencia se realizaría a partir del 1 de julio de 2020.
Esta temporada no solo ha debutado con la camiseta culé, sino que se ha convertido en una pieza fundamental en los esquemas de Ronald Koeman. Ni los más optimistas seguro que pensaban que el jugador lograría estas cotas de protagonismo en su debut. Y es que Pedri ha disputado 28 partidos en la Liga con 2 goles y 3 asistencias, 7 en la Champions League con un gol y una asistencia, 5 en la Copa del Rey con dos asistencias y 2 en la Supercopa, donde fue titular en todos los partidos que disputó el club. Unos datos que parecen más propios de un futbolista consolidado en la élite que los de un debutante de primer año.
De hecho, su precio de mercado también se ha disparado. El Barça lo incorporó por 5 millones de euros, y actualmente, según el portal especializado Transfermarkt, es un jugador tasado en 70 millones. Una de las claves de su juego es la polivalencia que atesora. Este curso ha ocupado cuatro demarcaciones diferentes sobre el césped: MC, MCO, pivote y extremo izquierdo. Muchos lo comparan con Andrés Iniesta por su estilo de juego y por su capacidad para ocupar la banda izquierda. De hecho, el jugador ya ha explicado en más de una ocasión que se fija mucho en el genio de Fuentealbilla.
Obviamente, el eco de su impacto sobre el FC Barcelona también ha llegado a oídos del seleccionador español, Luis Enrique. El técnico asturiano ha decidido convocarlo para los compromisos internacionales que la Selección disputará este mes. Un regalo que debe motivar a un jugador con aspiraciones a disputar la próxima Eurocopa de fútbol. El 15 de septiembre del 2019 ya fue convocado con la selección sub-17. El 21 de agosto del año pasado también debutó con la selección sub-21. Y el 15 de marzo de este año llegó el regalo en forma de convocatoria con la absoluta. Se trata de partidos clasificatorios para el Mundial de Catar, por lo tanto, serán duelos de una exigencia máxima. Síntoma de la confianza que el entrenador español parece tener en el jugador.
Cuando un jugador explota de esta manera en la élite solo hay una salida posible: colocarlo sobre el terreno de juego y darle minutos. Solo hace falta que los entrenadores tengan tres cualidades marcadas: visión de futuro, valentía y personalidad. De momento tanto Koeman como Luis Enrique están demostrando que disponen de estas facultades. Ahora solo falta que el jugador insular sea capaz de seguir demostrando que es un futbolista tocado por una varita mágica.
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