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El 20 de junio es el Día Mundial de las Personas Refugiadas, una jornada en la que queremos visibilizar el terrible problema que afecta a millones de personas.
Esta efeméride fue instituida en el año 2000, coincidiendo con el 50º aniversario de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
Cada 20 de junio es un día para honrar su valentía y resaltar la importancia de la solidaridad global en la protección de los derechos de las personas refugiadas.
Pero, ¿quienes son los refugiados?
Las personas refugiadas son las que huyen de conflictos armados, de la violencia o de la persecución en sus países, al tiempo que solicitan la protección del Estado de destino de acuerdo a las convenciones internacionales. De permanecer en sus lugares de origen estas personas correrían serios riesgos, pudiendo ser encarceladas o asesinadas, o incluso, en el supuesto más liviano, ser expulsadas de los mismos.
Las causas de la aplicación para el refugio en un tercer país no se limitan solo a motivos políticos; también hay refugiados por motivos sexuales, personas huidas ante amenazas de ablación, matrimonios forzados, defensa medioambiental, etc.
La población desplazada forzosamente en el mundo aumentó en 2017 en más de 2,9 millones de personas, y sigue en aumento. Esta lamentable cifra revela el iceberg de las injusticias y la falta de libertades, la persecución de los disidentes, ya sean éstos personas muy conocidas, como Snowden, Falciani o Assange, o bien colectivos muy numerosos, como sirios, palestinos, venezolanos, saharauis o rohingyas, etc.
Con el fin de mejorar la situación, en diciembre de 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas acordó un nuevo Pacto Mundial sobre Refugiados para mejorar la respuesta internacional a las situaciones nuevas y existentes de refugiados, favoreciendo la inclusión social de los mismos en las sociedades de acogida.
En España, USO es miembro cofundador de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) que este año cumple formalmente sus 40 años. CEAR tuvo un papel destacado en la promulgación en 1984 de la primera Ley de Asilo de España.
A su vez, se sigue sin cumplir con la distribución europea pactada de reubicación y reasentamiento de solicitantes de asilo (como en casi todos los países de la UE). Las personas solicitantes de refugio en España proceden mayoritariamente de Venezuela, Colombia, Siria y países de Centroamérica. Los nacionales de Siria, Palestina, Ucrania y Marruecos son los más numerosos en cuanto a las autorizaciones concedidas.
Entreculturas y Alboan instan a fortaleces la agocogida de la infancia refugiada
En el marco de la campaña ‘Escuela Refugio’, las ONG Entreculturas y Alboan presentan el informe ‘Escuela refugio, escuela que acoge’ por el Día Mundial de las Personas Refugiadas.
Con 110 millones de personas forzadas a huir de sus hogares (entre refugiadas y desplazadas internas) y 280 millones fuera de sus países de origen (entre refugiadas y migrantes), el informe se detiene en la importancia de la educación durante la acogida de la infancia en los países de destino y para ello, profundiza en dos contextos concretos: la respuesta educativa de España a la infancia refugiada, además de analizar la acogida educativa que Colombia, Perú y Ecuador han proporcionado a la infancia migrante venezolana.
“Las escuelas son mucho más que lugares destinados al aprendizaje académico”, afirmó Irene Ortega, Coordinadora del Área de Ciudadanía de Entreculturas, en la presentación del informe. “Una educación inclusiva y de calidad es uno de los pilares para asegurar la integración de las personas migradas, pero también para la construcción de una verdadera convivencia intercultural. Y es que una ‘Escuela Refugio’ va más allá de la seguridad y la protección que dan sus aulas, alimenta de respeto, solidaridad y tolerancia a toda la sociedad”. Sin embargo, Irene señaló que no siempre se consigue este efecto, ya que “los sistemas educativos de los países de acogida no siempre están preparados para responder a las necesidades de la infancia migrante o refugiada, especialmente en el Sur Global”.
Yolanda González, abogada y autora del informe, señaló “que existe un consenso en la comunidad internacional en que la educación acogedora es uno de los pilares para asegurar la integración de la población migrada y refugiada; sin embargo, garantizar el derecho a una educación inclusiva y de calidad por parte de los Estados sigue siendo un reto”. Yolanda, apuntó que “un sistema educativo de acogida empieza por flexibilizar y agilizar los trámites y condiciones para la escolarización y la pronta inclusión en las aulas ordinarias, a la vez que atiende la realidad socioemocional y de salud mental de los niños, niñas y adolescentes y fomenta la participación de sus familias en los entornos educativos y comunitarios”.
Por su parte, Nerea Aginako, técnica de Alboan, ha narrado su experiencia dentro del programa piloto sobre patrocinio comunitario que el Gobierno Vasco junto a otras instituciones nacionales e internacionales está llevando a cabo en Vitoria. “El programa busca desarrollar comunidades locales de acogida, que estén cohesionadas y sensibilizadas en la práctica de acoger y acompañar a las personas refugiadas reasentadas en su nueva realidad”, explicó. “Esto implica crear espacios de convivencia que fomenten la diversidad y el acceso intercultural en todas las dimensiones de la sociedad”. Nerea desveló que es aquí donde la escuela juega un papel fundamental al ser “espacios centrales para la promoción del desarrollo y bienestar de los niños, niñas y adolescentes refugiados”, que fortalecen también los lazos entre la sociedad de acogida y los padres y madres, al crear un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida.
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