Pescadores franceses y británicos ponen fin a su "guerra" por la vieira

París, 17 sep (EFE).- Los pescadores franceses anunciaron hoy haber llegado a un acuerdo con sus homólogos británicos sobre la captura de la vieira en una zona frente a la desembocadura del Sena, que les mantenía enfrentados desde hacía semanas.

El presidente de la Comisión Nacional de Vieiras del Comité Nacional de Pesca, Pascal Coquet, indicó en declaraciones recogidas por la emisora "Europe 1" que esta medianoche los pescadores británicos abandonarán la zona este del Canal de la Mancha y no volverán hasta el 1 de noviembre.

Pese a las reivindicaciones iniciales de los franceses, el pacto afecta solamente a los barcos de más de 15 metros de eslora, no a los más pequeños.

Según el acuerdo, que deberá ser ahora refrendado por los respectivos gobiernos, los franceses aceptaron dar a cambio a los británicos una cuota de pesca adicional que ellos no utilizan.

Las tensiones bilaterales por la captura de vieiras llevan años, pero este verano se han profundizado a raíz del "brexit", que también podría tener consecuencias para la pesca en el Canal de la Mancha.

En caso de "brexit" duro sin compromiso, el Canal quedaría dividido en dos partes, de forma que los británicos no podrían entrar en el espacio marítimo de la UE y viceversa.

Los franceses acusan a sus colegas del otro lado del Canal de agotar las reservas de mariscos en la zona y se quejan de que no están sometidos a las mismas reglas que ellos.

Los pescadores del Reino Unido pueden participar en la pesca de vieiras todo el año, pero los franceses tienen restringida esa actividad por las leyes nacionales entre el 15 de mayo y el 1 de octubre.

El contencioso llegó a su punto culminante a finales de agosto, cuando una treintena de barcos salieron de los puertos de Trouville-sur-Mer, Port-en-Bessin y Ouistreham, en Normandía, al encuentro de cinco británicos que estaban faenando a más de 12 millas de la costa, fuera de la zona exclusiva francesa.

Los franceses rodearon a los británicos para obligarles a detener su actividad y la tensión subió a base de bengalas, insultos y choques de unos pesqueros contra otros, lo que se tradujo en daños en el casco en al menos tres barcos.

En el conflicto llegó a mediar la Comisión Europea (CE), que el pasado 29 de agosto instó al Reino Unido y a Francia a encontrar una solución "amistosa" a la situación, ya que esas capturas se regulan a nivel nacional.