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La activista ambiental Olivia Mandle, de 16 años, presentó el pasado jueves en el Congreso de los Diputados más de 154.000 firmas recogidas en la campaña ‘No es país para delfines’, que pretende que España cuente con una ley que prohíba los delfinarios.
Mandle estuvo arropada por la actriz Clara Lago y por biólogos de World Animal Protection, una organización presente en 15 países. Después, entregó las firmas a representantes de Más País, según manifestó a los periodistas.
Mandle inició su campaña contra el cautiverio de cetáceos en España hace más de dos años, a través una acción en la plataforma Change.org dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el director general de Derechos de los Animales, Sergio García Torres.
El no a los delfinarios ha tenido un amplio respaldo social y especializado
Durante este tiempo, la activista contra los delfinarios ha recibido el apoyo de ciudadanos, científicos e ‘influencers’. Además, se ha convertido en embajadora del Pacto Europeo por el Clima, de la Comisión Europea.
“Estoy pidiendo al Gobierno español una ley de cierre programado de delfinarios”, comentó Mandle en las proximidades del Congreso, antes de destacar que los delfines y otros cetáceos no deben permanecer “encarcelados”, sino vivir “en libertad con su familia”.
“Mi sueño es ser bióloga marina y me gustaría crear un santuario marino cuando sea más mayor”, añadió en declaraciones a la prensa la joven activista.
Sandra Campinas, responsable de Campañas de World Animal Protection, indicó que los delfines y otros cetáceos son “animales muy sensibles, sociales e inteligentes. Sufren lo mismo que sufriríamos nosotros si estamos encerrados en una habitación de dos metros cuadrados con gente que no conocemos durante toda nuestra vida”.
“Estoy aquí en apoyo a Olivia y toda la campaña por la que lleva luchando varios años ya, y en representación también de la Fundación Ochotumbao, que, obviamente, comparte todo lo que está peleando Olivia en esta campaña de ‘No es país para delfines’ para intentar concienciar de la barbaridad que supone para estos animales vivir en cautividad, e intentar que, en algún momento, se pueda prohibir la cautividad de especies salvajes en España”, expuso Clara Lago al respecto de la petición de no a los delfinarios.
Según Mandle, la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, aprobada definitivamente el pasado mes de marzo en el Congreso y que entrará en vigor el próximo 29 de septiembre, “ha dejado a los delfines de lado”. “Queremos que la generación actual sea la última generación de cetáceos que viva en confinamiento en España”, indica la petición contra los delfinarios en Change.org.
“España es la mayor cárcel de delfines de Europa: uno de cada tres delfinarios del continente está en nuestro país, donde más de 100 cetáceos viven dando vueltas en tanques que son unas 200.000 veces más pequeños que su área de distribución en la naturaleza. Hoy estoy aquí para decirles a nuestros representantes políticos que tienen que actuar para que esta sea la última generación de delfines y orcas que vive en cautividad en España”, añade la petición.
Países europeos y latinoamericanos ya prohiben la exhibición de cetáceos en espectáculos
Francia estableció en 2021 una desaparición programada de la cautividad de delfines; Canadá aprobó en 2019 la llamada ‘Ley liberad a Willy’, que garantiza que la actual será la última generación de cetáceos que vive en cautividad; y México da actualmente pasos legislativos en esta misma dirección.
Estos países se suman a otros, como Bolivia, Chile, Costa Rica, Croacia, Chipre, Hungría, Nicaragua, Eslovenia o Suiza, donde está prohibida la exhibición de cetáceos en espectáculos.
Y, respecto a los delfinarios En Brasil y Reino Unido, las condiciones establecidas en la legislación para poder mantener cetáceos en cautividad son tan exigentes que es prácticamente imposible hacerlo en la práctica, según World Animal Protection.
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