La organización pide EPIs para proteger del contagio a 17.000 personas con discapacidad intelectual y 4.250 profesionales en su millar de centros residenciales.
Las familias de personas con discapacidad intelectual, dan un paso más y deciden visibilizar la condición de la persona para amortiguar y evitar que les increpen.
Las experiencias de un día de convivencia con una persona con discapacidad intelectual dan visibilidad y acercan la discapacidad a varios sectores profesionales.