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Nuestro continente es cada vez más viejo y desolado. Así lo han señalado datos oficiales de las Naciones Unidas. Según la organización, en octubre, el planeta contaba con más de 8.000 millones de habitantes, pero Europa se queda estancada debido al envejecimiento y a la caída de la natalidad.
Así, la población mundial depende de forma directa de los inmigrantes, ya que muchos continentes se sostienen debido a su presencia, tal y como ocurre a nivel europeo.
El continente europeo está cada vez más envejecido
A medida que pasan los años, la presencia de habitantes a nivel mundial es cada vez más reducida. Según han informado desde Naciones Unidas, el planeta contaba el pasado octubre con más de 8.000 millones de habitantes, aunque Europa, como muchos otros, se ha quedado estancada debido a varios factores.
En términos generales, Europa está envejecida, lo que hace que dependa de forma directa de la inmigración para no perder población. La población mundial es, por tanto, más propensa a experimentar situaciones de baja natalidad y rápida vejez.
Las previsiones señalan que la población de la Unión Europea tocará su máximo entre 2025 y 2030, cuando llegue a 449 millones. A partir de ahí comenzará un descenso prologado, dejando una caída muy ligera en todos los países.
Con ello, podemos observar que la población mundial no tiene unos datos concretos, ya que, por ejemplo, en el caso español, se ve una inestabilidad, tal y como ocurre en Alemania. Es aquí cuando entra en acción el hecho de la inmigración.
La tasa de fertilidad se mantiene estancada desde hace décadas
Otro de los aspectos que influyen en los datos de la población mundial es la tasa de fertilidad de las mujeres europeas, la cual está estancada desde hace décadas. Según informan los expertos, mantener el mismo número de habitantes sin inmigración ni emigración es imposible sin tener una tasa de fertilidad de 2,1. Los Estados de la Unión Europea llegan a 1,90.
Es por ello por lo que, cuando hablamos de población mundial, siempre lo relacionamos con una esperanza de vida más alta. La esperanza de vida en el 1960 en los hombres era de 67,3 y de 73,0 en las mujeres. Hoy en día, los datos son muy distintos. Los hombres alcanzan 77,5 años y las mujeres 83,2.
El declive de la población mundial se limita gracias a la inmigración
Como hemos mencionado anteriormente, la población se sostiene gracias a la inmigración, la cual ha ido aumentando considerablemente a lo largo de estos años. Sin embargo, durante dos décadas se estancó y en la mitad de ella volvió a bajar con fuerza. A pesar de ello, la inmigración hizo que esa pérdida se redujera hasta el 0,04 %.
La población del este también obtuvo datos abrumadores, llegando a “favorecer” al oeste, que no paraba de crecer.
En la actualidad, la población mundial sigue manteniéndose, pero los expertos aseguran que ya no sabrían cómo sostener la población en función del crecimiento natural.
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