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España y Portugal destacan por figurar entre los países europeos que han tomado más medidas para hacer frente a la pobreza energética en respuesta a la pandemia del Covid-19, según un informe presentado por la Fundación Naturgy.
La pobreza energética en España afecta al 9,1 % de la población
El estudio ‘Pobreza Energética en Europa: un análisis comparativo’, recoge las principales políticas implantadas para dar respuesta ante la pandemia del Covid-19.
Dichas medidas son la prohibición de la desconexión, pagos personalizados y subsidios o descuentos, algo que de una manera u otra ha hecho España.
A modo de ejemplo, en España el gobierno reformó el bono social eléctrico para ampliar la cobertura a los afectados por el Covid-19 y creó un nuevo supuesto para acceder a la condición de consumidor vulnerable.
De forma general, el estudio aboga por implementar medidas estructurales con repercusión a medio y largo plazo, que tengan en cuenta mejoras de eficiencia energética, las energías renovables y cambios en los comportamientos energéticos de los consumidores.
La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles
En España, cada vez es mayor la preocupación por la protección de los hogares en situación vulnerable. El análisis de los cinco países pone de manifiesto que, pese a que la mayoría reconoce la problemática de la pobreza energética y la necesidad de abordarla para asegurar una transición energética justa e inclusiva, no todos afrontan esta realidad socioeconómica de la misma manera.
“En Europa identificamos 50 millones de hogares en situación de pobreza energética, a los que podrían añadirse unos 4 millones más que no dan información sobre su situación”, explica la catedrática María Teresa Costa, directora del estudio.
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