Las medidas de protección para controlar la pobreza por la pandemia son insuficientes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha contabilizado 1.400 medidas de protección social por distintos gobiernos del mundo para controlar la pobreza y la desigualdad generada por la pandemia, pero parecen ser “insuficientes”.

Medidas de protección para controlarla

La crisis sanitaria, social y económica que ha generado la Covid-19 podría sobrepasar a la recesión que se generó a consecuencia de la Gran Depresión, una de las peores crisis económicas que vivió el mundo en la década de 1930.

Aunque ya los Gobiernos se se han gastado millones de millones de dólares en la respuesta mundial a la pandemia, aún nadie sabe a cuánto ascenderá la factura final por la crisis del coronavirus.

La pobreza mundial se encontraba en niveles muy altos, más en el sur

Los países más ricos están actualmente comprometidos a gastar el 0,7% de su ingreso nacional bruto (INB) en ayuda internacional para el desarrollo. Este objetivo fue establecido por la Comisión Pearson en el año 1969, y fue aprobado mediante una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas un año después.

Los países llegaron a este acuerdo hace medio siglo en un mundo en el que la necesidad se encontraba en niveles muy altos. En dicho momento, el mundo se percibía, justificadamente, en términos binarios: el norte era rico y el sur era pobre.

Algunos países crecieron económicamente en la década de los 2000

Desde entonces, algunos países han alcanzado el objetivo del 0,7%, pero muchos otros aún no lo han hecho. Varios países en desarrollo experimentaron un rápido crecimiento económico en la década de 2000, no solo China e India, sino también algunos africanos.

Desgraciadamente, todos los avances están actualmente en peligro por el retroceso que ha generado la Covid-19. Antes de la pandemia el mundo, por lo menos, había ingresado en una nueva era, con menos países clasificados como de bajos ingresos. Al mismo tiempo, las metas mundiales, establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, comprometieron a los países a poner fin a la pobreza en todas sus formas hasta el año 2030.

Debería ser un compromiso universal de todos los países

La pandemia hace que atender a los pobres sea aún más urgente. Algunos expertos han hablado de un compromiso financiero escalonado con respecto al desarrollo, con un detalle que le da un giro importante: debería ser un compromiso universal de todos los países, tanto ricos como pobres, apuntan.

Hoy en día, la pobreza extrema afecta solo a alrededor del 10% de la población de los países en desarrollo, una disminución desde un nivel cercano al 50 por ciento hace 40 años.

Los pobres no solo sufren en África, están muy extendidos

En los últimos tiempos ha aumentado el número de países de ingresos medios, que ahora albergan a gran parte de la población del mundo en desarrollo. Por tanto, en estos países los niveles de ayuda ya son bajos en comparación con los recursos internos y los flujos de dinero internacionales no públicos que les llegan.

Pero también hay alrededor de 30 países que siguen “estancados” en términos de crecimiento. Estos Estados altamente dependientes de la ayuda son el hogar de aproximadamente el 10% de la población de los países en desarrollo, no así de los “mil millones de los más pobres en el extremo inferior”, sino de los 500 millones más pobres en dicho extremo inferior.

Entre 3,20 dólares y 5,50 dólares por día

Incluso, aquellas personas que han logrado escapar del hambre, siguen siendo siendo vulnerables y pueden volver a caer en ella. Estas personas representan dos tercios de la población del mundo en desarrollo.

El hambre se mantiene en niveles alarmantes cuando se mide según los umbrales de pobreza del Banco Mundial de 3,20 dólares y 5,50 dólares por día. Es impactante observar que por cada 10 centavos que se añaden al umbral de pobreza, se aumenta el número de pobres a nivel mundial en 100 millones de personas.

Compromiso de desarrollo universal ante la pandemia

Asimismo, el recuento de pobreza en un nivel de 1,90 dólares por día se duplica cuando se considera la pobreza multidimensional, la que incluye la salud, la educación y la nutrición.

Una posible solución ante esta semejante problemática podría ser convocar un “compromiso de desarrollo universal” (CDU) por parte de todos los países, tanto ricos como pobres, de manera semejante. Habida cuenta de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) apuntan a la erradicación del hambre, estos objetivos serían, inevitablemente, el foco central de cualquier CDU de ese tipo.

Sacar a 750 millones de personas con hambre

De esta forma, los países de ingresos altos podrían mantener el compromiso en el 0,7 por ciento del INB, mientras que los países de ingresos medios altos contribuirían con el 0,35 por ciento. Los países de ingresos medio-bajos destinarían el 0,2% de su INB, mientras que los países de ingresos bajos contribuirían solo con el 0,1%. Se trata de contribuciones brutas, no netas. En este escenario hipotético, la financiación total disponible para el desarrollo ascendería a casi 500 mil millones de dólares por año.

Esta inversión podría sacar a los aproximadamente 750 millones de personas pobres de los 1,90 dólares al día, acabar con el hambre y la desnutrición para una cantidad estimada de 1,5 mil millones de personas, poner fin a la mortalidad infantil prevenible, hacer posible la escolarización primaria y secundaria para todos los niños y proporcionar acceso a agua potable a más de un mil millones de personas.